Fuente: Periodismo.com
Una mujer del Reino Unido es adicta al polvo blanco, y no del tipo ilegal. Lisa Anderson, de Paignton, Devon, consume una botella de talco de casi 300 grs. todos los días, un extraño hábito que, según ella, le ha costado más de USD 10.000.
La madre de cinco hijos de 44 años desarrolló por primera vez un gusto por el talco para bebés de Johnson & Johnson en 2004, mientras secaba a su hijo después de un baño. Al notar «un poco de polvo que se había desprendido de la botella, tuve la repentina necesidad de comerlo, y simplemente no pude combatirlo», dice Anderson, quien lamió un poco de su mano. Fue amor a primera mordida.
Su peculiar anhelo pronto se convirtió una adicción real, que la encontró lamiendo el polvo de la mano cada 30 minutos hasta 40 veces al día. Anderson estima que ha gastado casi USD 10.500 en su dependencia de talco, aunque logró mantenerse alejada del polvo blanco una vez durante dos días, lo que ella llama «el peor momento de mi vida».
Su hábito se ha vuelto tan malo, que mastica mentas mientras está fuera de casa para replicar su textura calcárea. Sin embargo, la intervención finalmente llegó cuando su ex pareja la sorprendió en el acto después de que hubiera logrado mantener su propensión al polvo en secreto durante una década.
Anderson finalmente vio a un médico, quien sospechaba que tenía el síndrome de Pica, un trastorno caracterizado por comer elementos desprovistos de nutrientes como el cabello, la suciedad o trozos de pintura seca, según la Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación. Anderson también sufre una deficiencia de hierro.
«Pasé años sin saber lo que estaba sucediendo, pero resulta que es una condición», dice Anderson, quien ha sido referida a un terapeuta. Agregó que «solo quiere que los demás sepan que no están solos».
Si no se reduce, el hábito poco común de comer de Anderson podría representar un grave riesgo para la salud. El talco contiene minerales como el magnesio y el silicio, y su ingestión puede causar intoxicación, diarrea e incluso insuficiencia pulmonar y convulsiones.
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