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Buenos y Malos en la Guerra del Narco

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Montones -literalmente- de cuerpos torturados, mutilados, masacrados. Algunos decapitados o con las lenguas arrancadas. Un auténtico reguero de sangre que no se detiene un solo día

Por: José Martín Sámano

“…Los hombres son crueles, pero el hombre es bueno…” Rabindranath Tagore. Filósofo y escritor indio.

Montones -literalmente- de cuerpos torturados, mutilados, masacrados. Algunos decapitados o con las lenguas arrancadas. Un auténtico reguero de sangre que no se detiene un solo día. Esta es la nueva estrategia de los distintos carteles de la droga en México: ejecutar al mayor número de miembros de bandas rivales para atemorizarlos y obtener el control absoluto de una determinada ruta o región.

Sin embargo, bien sabemos que la violencia siempre genera más violencia y es un hecho que a los narcos no les preocupa en lo más mínimo la posibilidad de convertirse en un ejecutado más. Para ellos da lo mismo morir o matar. El asesinato a sangre fría se ha convertido en un estilo de vida, en parte de lo cotidiano. Ahí tiene usted por ejemplo lo ocurrido en Tijuana, Baja California. Más de 40 asesinatos en esa ciudad fronteriza tan solo durante la semana pasada. Todos ellos relacionados con el narcotráfico y sin que una sola persona haya sido detenida como presunto responsable.

Al mismo tiempo, los líderes de estos grupos delictivos han emprendido una especie de campaña reivindicatoria. Pretenden, a través de mantas y cartelones que aparecen como por arte de magia en puentes y avenidas, “lavarse la cara” ante una sociedad que sin embargo rechaza y reprueba la espiral de ejecuciones. El problema es que para un ama de casa o un padre de familia, no es de gran consuelo saber que una banda culpa a la otra de cometer las mayores atrocidades.

Sobre todo a partir de lo ocurrido en Morelia la noche del 15 de septiembre, la gente se siente ahora mucho más angustiada e indefensa ante la posibilidad de perder la vida en medio de las rivalidades entre narcos. El ciudadano común y corriente no entiende de rutas, dominios, complicidades o territorios. Y Digan lo que Digan, mucho menos distingue entre narcos “buenos” y “malos”.

José Martín Sámano es conductor del Noticiero Nacional Azteca América.

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