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Dos gobiernos, dos respuestas a la crisis

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La crisis económica hace mella inicialmente en algún lugar del mercado. Puede ser en el sector de la agricultura, como sucedió con la Gran Depresión, o puede afectar en las metrópolis urbanas,

 

 

Por: Dr. Humberto Caspa

La crisis económica hace mella inicialmente en algún lugar del mercado. Puede ser en el sector de la agricultura, como sucedió con la Gran Depresión, o puede afectar en las metrópolis urbanas, como sucedió recientemente con el sector de bienes raíces.

Desde ahí, la crisis se expande como un cáncer por todo el sistema económico, debilitando a los mercados financieros, a la industria, a los negocios que se aglomeran en una tienda comercial gigantes- ca, como South Coast Plaza o el Beverly Center. Al final, la crisis agobia el gobierno del estado, es decir a la Casa Blanca, y a los otros gobiernos localizados en los diversos estados.

El gobierno federal, como procedió la Administración Obama, trata de apaciguar la crisis con programas estructurados desde el Ejecutivo y apoyados por el Congreso, creando leyes que controlen la crisis, por un lado, y fomenten el crecimiento económico, por el otro.

Aunque no con mucho éxito, el gobierno de Obama rescató a algunos sectores financieros para reestabilizar el orden económico. Creó leyes punitivas contra agresores y delincuentes de cuello banco, ha tratado de establecer nuevos acuerdos comerciales con otros países para que la industria nacional pueda florecer en otros mercados.

Asimismo, el gobierno federal, debido a su capaci- dad de imprimir dinero, ha creado posiciones labo- rales dentro de las instituciones tutelares de la patria. Muchos de esos trabajos que nacen, sin embargo, han estado direccionados hacia las clases medias, o personas con algún título universitario.

Por el contrario, los gobiernos estatales, como el gobierno de California, no tienen capacidad de im- primir dinero. Están supeditados a un presupuesto anual que puede tener excedentes económicos, si es que la economía tuvo un buen desempeño el año an- terior, o puede haber problemas de presupuesto si es que el gobierno estatal no tiene suficiente capital.

El dinero del estado proviene, en su mayoría, de los impuestos que genera el gobierno en el mercado. Si la población gasta e invierte, el gobierno local tiene, en consecuencia, mayor capacidad de ingreso a tra- vés de esos impuestos.

Como el gobierno de California generó pocos ré- ditos económicos durante los últimos dos años, su liderazgo, a diferencia del gobierno federal, ha decidido achicar los gastos en su interior, ha cortado trabajos en el sec- tor público, ha quitado subsidios en las escuelas, universidades y en las instituciones que benefician a los sectores más necesitados.

Recientemente, para minimizar un déficit de más de 20.000 millones, el gobierno propuso un proyecto que afectaría la asistencia económica a los inmigrantes legales o aquellos que cuentan con una “tarjeta verde”. La propuesta negaría asistencia a unas 8,500 personas de bajos recursos, como ancianos y discapacitados; no habría programas de asistencia de comida, los cuales benefician a unas 37,000 personas. El programa de Calworks, que ayuda a más de 24,000 nuevos inmigrantes legales, también sería dado de baja.

Así, cómo analizamos, los dos gobiernos actúan de diferente ma- nera cuando enfrentan a una crisis económica.

Lamentablemente, los dos gobiernos raras veces actúan en forma preactiva en beneficio de las poblaciones de clase baja. Mientras el gobierno federal crea trabajos para los sectores medios de la sociedad, el gobierno estatal no solamente los despide, sino que, debido a la falta de liquidez económica, afecta a los programas que protegen a las poblaciones este grupo económico.

Cuando todo lo anterior sucede, uno se pregunta si el gobierno es realmente representativo de las mayorías. ¿Qué cree usted?

Dr. Humberto Caspa es profesor universitario. E-mail: hcletters@ yahoo.com.

 

 

 

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