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El León y el Mosquito

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No hay enemigo pequeño’ , dice un famoso refrán, pero esto no lo sabia un orgulloso león de selva, que un día entró en tremenda disputa

‘No hay enemigo pequeño’ , dice un famoso
refrán, pero esto no lo sabía un orgulloso
león de la selva, que un día entró en tremenda
disputa con un mosquito.

Tan constantes se hicieron las discusiones
entre ambos personajes que cierto día sucedió
lo inevitable, una pelea. Sin embargo, en
vano intentó el león defenderse; pues su contrincante,
haciendo gala de su enorme rapidez
de reflejos, caía en picada una y otra vez
sobre éste y clavaba su aguijones en su lomo
con mucha facilidad.

El orgulloso rey de la selva se revolcaba,
saltaba y rasgaba el aire con sus garras, tratando
de atrapar a su casi invisible atacante,
pero sus esfuerzos eran inútiles.
Lleno de picaduras e hinchado de pies a
cabeza, y cansado de tanto esfuerzo, el león
se echó en el suelo aceptando su terrible y
vergonzosa derrota. ¡Le había vencido un
animalito microscópico!

El mosquito, envanecido y lleno de presunción,
se alejó haciendo figuras en el aire
mientras se burlaba de su enemigo vencido
y le gritaba frases hirientes. Pero poco duró
su triunfo, porque a los pocos metros de vuelo
cayó en la red sutil de una telaraña. Esta
al ver a su presa, comentó con desprecio:
– ¡Bah! Creí que había capturado un animal
más importante.

A pesar de no haber atrapado lo que ella
deseaba, la araña se comió al mosquito en
un santiamén. ¿Ven qué poco vale enorgullecerse
con pequeñeces, amiguitos? No vayan
nunca por ahí presumiendo de vanalidades.

Moraleja:

¡Quien mal suele proceder,
malas cosas va a obtener
!

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