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El puente de los lamentos.

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Diversas son las historias y leyendas que se cuentan y se conocen en cada pueblo y que a través de los tiempos perdura, como es el caso del siguiente relato, al que titularemos: “El puente de los

Diversas son las historias y leyendas que se cuentan y se conocen en cada pueblo y que a través de los tiempos perdura, como es el caso del siguiente relato, al que titularemos: “El puente de los lamentos”. Se dice que corría el año de 1937, cuando en las cercanías de la ciudad de México existía un pequeño poblado de nombre Tezontepec, el cual estaba situado en la riviera de un gran río, cuyo caudal en época de lluvias era tan impetuoso que siempre se desbordaba. Tal lugar era un punto muy estratégico para poder agilizar las vías de comunicación entre la creciente ciudad de México y el Estado de México, el cual a su vez comunicaría a todo el resto de la república, rumbo al Sureste. Por la importancia de esto, el gobierno decidió asignar la construcción de un puente a un joven ingeniero graduado en el extranjero. Su nombre era Manuel.

El muchacho, como joven que va a otro país a estudiar, al regresar se mostraba sumamente engreído y siempre buscaba la oportunidad de hacer menos y humillar a sus compañeros de profesión. Manuel partió a Tezontepec con la intención de terminar el puente lo más rápido posible, al llegar a ese poblado conoció a Jeremías, un hombre sencillo que le ayudaría en todo lo posible, así pues lo instaló en su propia casa, donde vivía con su única hija, María, que al quedar huérfana por la muerte de su madre, y aunque en aquel entonces aún era muy pequeña, se hizo cargo de todos los quehaceres del hogar.

Manuel quedó pasmado ante la belleza tan natural, sencilla y limpia de María, pero al recordar su origen decidió divertirse un poco, sin pensar en los sentimientos de la joven. Días más tarde la construcción del puente se iniciaba y todo iba excelente, sin embargo un accidente ocasionó la muerte de 3 trabajadores, que habían sido obligados a trabajar por Manuel, a pesar de ser una noche en que caía un torrencial aguacero y que en un descuido cayeron del puente.

El padre de María no veía con buenos ojos la relación de éste con su hija y la prohibió. Manuel encolerizó e incrementó las jornadas al punto de ser extenuantes e inhumanas. José María era otro jornalero que trabajaba en la construcción y le propuso a Manuel que si deseaba tanto a la hija del viejo entonces tendría éste que desaparecer. Entre los dos se pusieron de acuerdo y en una noche al regresar a su casa Jeremías fue asesinado, y su cuerpo fue depositado dentro de la mezcla de un pilar que sostenía el puente.

Los días transcurrieron y María desconsolada ante la repentina desaparición de su padre buscó consuelo en Manuel, y éste se lo dio. Una vez obtenido lo que deseaba, el hombre la trató con crueldad, a base de gritos, insultos y en ocasiones hasta golpes, hasta que finalmente la abandonó. Una noche, María se dirigió a la construcción del puente, subió lo más alto que pudo y se arrojó al vacío…. A la mañana siguiente, los obreros encontraron destrozado el cuerpo de quien había sido una bellísima mujer. A pesar de su soberbia y maldad, Manuel sintió remordimientos por lo que había hecho, por eso en las noches, cuando bebía en compañía de José María, le decía que deseaba concluir su trabajo para regresar a la ciudad de México. Su amigo le comentó que había una forma de terminar la obra a la mayor brevedad, pero que tendrían que ir esa noche a la construcción. Este aceptó.

Era casi la media noche cuando se vieron ante una pálida luna llena que contrastaba con la oscuridad que los rodeaba, José María le preguntó si estaba enterado que en todas las construcciones por costumbre y a manera de sacrificio se debían ofrecer almas al demonio para que éste permitiera que la obra fuera concluida satisfactoriamente. Manuel soltó una sonora pero nerviosa carcajada, misma que se desvaneció al observar cómo una nube ocultaba la luna llena y reflejaba el verdadero rostro de José María, era el diablo en persona!! Manuel palideció y con los nervios en punta intentó correr, pero una mano helada y tétrica lo detuvo primero y luego lo arrojó desde el puente.

A la mañana siguiente se encontró el cuerpo sin vida del joven arquitecto, con una horrible mueca en el rostro y en su pecho llevaba marcada una quemadura en forma de mano. Los trabajadores al encontrarlo se persignaron asustados… y es que con Manuel eran 6 muertos, era junio (es decir, el mes número 6), y llevaban 6 semanas trabajando en el puente…. Todo había sido obra del mal!!! Pasó el tiempo, el gobierno cambió, cambiaron los planes y la obra quedó a medio construir. Sin embargo, muchos lugareños aseguraban que al pasar cerca del puente, en noches de luna llena se escuchaban lastimeras voces,,,, y decían que era Manuel, que desde el más allá suplica por el descanso de su alma,,, descanso, que nunca tendrá!!!

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