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Sacudir la rutina en la cama, es la clave para mantener la hormonas en actividad

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Aunque tu vida sexual ya sea suficiente buena como para hacer temblar la tierra, tú y tu hombre pueden mejorarla aún más añadiéndole un toque de aventura. Sacudir la rutina en la cama es clave para ma

Aunque tu vida sexual ya sea suficiente buena como para hacer temblar la tierra, tú y tu hombre pueden mejorarla aún más añadiéndole un toque de aventura. Sacudir la rutina en la cama es clave para mantener tus hormonas en continua actividad, y tu relación sólida. “Cambiar el patrón de tus hábitos sexuales puede ser tan simple como hacer el amor a otra hora”, dice Joan Elizabeth Lloyd, autora de 52 Saturday Nights (52 noches de sábado). “La novedad vuelve el sexo espontáneo”. Así que pon en práctica nuestras sencillas pero ardientes sugerencias, una para cada noche de la semana, y convierte tu alcoba en lava derretida.

Salgan de la cama

Claro, tu cama tiene almohadas mullidas y un colchón firme, pero un cambio ocasional de escenario le agrega un elemento de riesgo al amor. Tener sexo en un lugar en el que no sueles tenerlo te hace sentir diferente y es que es emocionante ver las cosas desde una nueva perspectiva. Sarah, 28 años, y Julián, su novio, la pasaron fenomenal cuando decidieron “bautizar una nueva habitación de la casa cada viernes. “De sólo pensar dónde y cómo íbamos a hacer el amor encendíamos”, asegura Sarah. “Se nos ocurrían posiciones increíbles, como las que usamos en la cocina para acomodarnos sobre el mostrador”, dice.

Mantener el roce de los cuerpos

Mantener una unión suave pero continua de piel contra piel antes de entrar en acción hace el sexo más ardiente y electrizante. Inés, 25 años, descubrió que un contacto carnal insignificante puede dar lugar a una pasión incontrolable. “Que José recueste su cabeza en mi regazo, o que yo ponga mis muslos sobre los de él mientras miramos televisión, no parece algo muy excitante; sin embargo, una noche nos dimos cuenta de que después de tantas horas de continuo roce, no podíamos despegarnos”, explica. “Aquel contacto ligero pero seguido, nos puso a los dos a punto de caramelo”.

Si quieres explotar los efectos eróticos que tiene la unión de tu piel con la de tu hombre, haz más atrevida esa rutina que ambos siguen antes de irse a dormir. Como dice Inés, “la continua cercanía física es maravillosamente sensual: pone en armonía los dos cuerpos e intensifica las sensaciones”. Si él pone su cabeza en tu regazo mientras miran la televisión, pasa muy suavemente tus dedos por su cara. Cuando pongas tus pies en sus piernas, haz correr tus dedos por la parte interna de su muslo. Síguelo cuando vaya al refrigerador, y dale un abrazo inesperado. El se dará cuenta de que tú eres la mejor de las golosinas.

Dale la espalda

Mirarse a los ojos durante el sexo es todo un despliegue de intimidad. Pero no mirarse también tiene sus encantos. Cuando ninguno de los dos tiene la opción de poder tocar al otro del modo habitual, ambos tratarán de hallar nuevas técnicas para complacerse mutuamente. Nina, 27 años, aprendió esta lección durante una siesta. “Me viré hacia el otro lado y David, a mis espaldas, comenzó a acariciarme”, recuerda. “Sentí que él iba enloqueciendo, lo que me encendió a mí también, así que decidí darle carta blanca sin cambiar mi posición. No poder tocarlo fue torturantemente excitante”.  ¿Otra ventaja? “No estar de frente durante el sexo puede hacerlo parecer un acto prohibido, algo que es embriagador”, dice Isadora Alman, autora de Doing It (Haciéndolo). Nina está de acuerdo: “No tener contacto visual hace que el sexo parezca impersonal. Es como tener un affair ilícito con un extraño…, lo que es un verdadero afrodisíaco”.

Deja escapar tus secretos pecaminosos

¿Cómo sentir un corrientazo libidinoso que estremece, sin tocarse ni un dedo? Dejándose mensajitos sexy. Denise, 27 años, descubrió el poder de las palabras cuando usó una notita sensual en la revista que su novio estaba leyendo. “Le decía que entrara en mi apartamento con sus llaves cuando yo estuviera ya en la cama, y que me convirtiera en su esclava sexual. Primero, quería que me ordenara desnudarme; luego que me atacara como un animal salvaje. Esa noche, cuando llegué a casa, lo hallé esperándome en la alcoba. Normalmente es muy gentil, pero en mis fantasías era un sargento de caballería, e hizo de maravillas su papel”.

El mejor modo de hacer realidad tus fantasías (y las de él) es dar muchos detalles sobre lo que quieres que él haga, así podrás vivir tus sueños exactamente como los imaginaste.

Prolonga en placer

Mantener bajo el fuego por tanto tiempo como les sea posible es una maniobra estupenda para provocar todo un incendio de pasión. Elizabeth sugiere apostarle a que tú puedes contenerte más tiempo que él: “Atorméntalo con besos en el cuello, que manden vibraciones por toda su espina dorsal, y acarícialo suavemente en la entrepierna. Sigue hasta que ya no pueda más. Y cuando se rinda, pídele que sea él quien te tiente a ti hasta el borde del clímax… Pero sin traspasarlo"

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