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Sylvia Mendez

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Por: María Luisa Arredondo // Latinocalifornia.com

    Han pasado 67 años desde que a Sylvia Méndez y a dos de sus hermanos les negaron el ingreso a una escuela de anglos en el condado de Orange, pero ella lo recuerda como si hubiese sido ayer.

  “Mi tía Soledad, hermana de mi papá, nos llevó a inscribir, junto a mis dos primas, a la escuela de la Calle 17 en Westminster. Pero para su sorpresa, a sus hijas sí las aceptaron porque eran blancas y a mis hermanos y a mí nos rechazaron por ser oscuros. Mi tía, por supuesto, se salió de ahí muy ofendida y se fue a la casa a contarle a mi papá lo que había pasado. Todavía recuerdo cómo lloraba”, dice Méndez.

  El episodio cambió para siempre la historia de la educación en todo el país. Gonzalo Méndez, el padre de Sylvia, era un inmigrante nacido en Chihuahua, de carácter  fuerte y decidido. Lejos de darse por vencido, se unió con cuatro familias mexicanas y en 1945 entablaron una demanda en Los Ángeles contra la segregación escolar en Orange.

  Tras una intensa batalla legal, el 18 de febrero de 1946, la corte falló a favor de los padres mexicanos. Posteriormente, el  caso sirvió de base para que en 1954 el abogado Thurgood Marshall ganara la demanda que prohibió la segregación racial en las escuelas de Estados Unidos.

  Por muchos años la historia de la familia Méndez se mantuvo en el olvido, lo cual era motivo de gran pesar para Felícitas, la madre de Sylvia, quien quedó viuda desde 1964. “A mi mamá le daba mucha tristeza que no se supiera que un grupo de mexicanos había luchado para terminar con la segregación escolar, así que en 1995, tres años antes de morir, me hizo prometerle que yo iba a luchar para que la historia se diera a conocer y sirviera de inspiración”.

  A partir de entonces, Sylvia, quien renunció a su empleo de 33 años como enfermera para cuidar de su madre, se dedicó a cumplir la promesa de difundir la historia en diversos foros, especialmente en las escuelas.

  Debido a que los latinos son los que más abandonan los estudios, Sylvia cuenta que en sus pláticas siempre subraya la importancia de que los padres no permitan que esto ocurra. “Aunque estén muy pobres, yo siempre les pido a los padres que hagan hasta lo imposible para que sus hijos terminen sus estudios pues es lo que les permitirá progresar”, subraya.

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