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VIOLENCIA EN LA PAREJA

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Las diferentes formas existentes y qué hacer para ‘liberarse’’ de ella

Por Lau Bo

Hola amigos, otra edición compartiendo con ustedes temas actuales, algunos de ellos escabrosos, pero que esperamos ayuden en algo a nuestros lectores.

  En esta oportunidad compartiremos un tema controversial, que es la violencia doméstica. Que en este caso no sólo existe del hombre hacia la mujer, sino también de la mujer hacia el hombre.

 Entendamos que la violencia es cuando alguien obliga a otra persona a hacer algo contra su voluntad, que puede ser visible y en otras no, eso significa que se manifiesta de diversas maneras.

 Puede ser violencia física (golpes), violencia sexual (obligar a la pareja a tener relaciones a la fuerza), violencia emocional (uso continuo de palabras que humillan o amenazan). También está la violencia económica, en donde uno de los dos, al no poder tener dinero propio, tiene una dependencia total del otro y sufre las consecuencias. 

 Por otro lado está la violencia oculta que es muy difícil de detectar en ocasiones, ya que el violento sabe cómo ocultarlo. 

Y finalmente está la más evidente que es la que se representa con golpes, amenazas, insultos y humillaciones… ¡Sí, la violencia física!, donde aparecen moretones, contusiones, etc. en tanto que la violencia escondida las cosas son dichas silenciosamente y por lo general la conversación tiende a un solo lado, que dice tener razón. 

  Por ejemplo: el esposo alienta a la mujer a que trabaje, pero cuando ella se tiene que ir, justo en ese momento él necesita el auto, a pesar de que arreglaron con anticipación que ella podría usarlo para el trabajo. 

  Otra situación puede ser, que desde que se conocieron ella trabajaba y cuando se habló sobre el tema, él estuvo de acuerdo, pero ya viviendo juntos, ahora trata de convencerla para que deje ese trabajo, porque por ese miserable sueldo, es preferible quedarse en la casa, hasta que encuentre algo mejor ya que -dice- con las cualidades de ella puede encontrar algo mejor pagado ¿se escucha como que la estimula no? Pues no es así. 

  Estas formas de hablar confunden a la mujer, que piensa “que esposo bueno que tengo, me apoya en todo”, pero en realidad la desmotiva.

  Hoy sabemos que la violencia es una situación que aparece en todos los lugares y clases sociales de la población, sin distinción de religión, raza, clase social, preparación cultural o laboral. En el rico o pobre, obrero o académico, famoso o anónimo. Todos pueden ser  víctimas o victimarios.

  La violencia  destruye a la familia. Los hijos que fueron testigos de violencia, también  pasan  por reacciones traumáticas. Muchos de estos niños se encierran en sí mismo y no quieren tener amigos por temor a que cuando vengan a la casa se produzca una  nueva explosión de violencia entre sus padres.

  Los niños que son testigos de la violencia intrafamiliar, tienen problemas en los estudios, problemas de conducta,  tienen baja autoestima y están llenos de enojo y temores. Además de que ellos mismos pueden convertirse en violentos al llegar a la adultez.

  Ahora bien… ¿Por qué estas víctimas no se hacen respetar o dejan atrás estas situaciones?  Cualquiera que está fuera de ese ambiente pensaría que por masoquismo, pero en realidad es por miedo, miedo a lo desconocido. Ya que una vida normal de cariño y respeto es algo desconocido para cualquier víctima.

  Hay víctimas que tienen mucho miedo de la reacción violenta de la pareja, hoy en día por los medios de comunicación se publican toda clase de crímenes en donde ha existido violencia. La victima que es golpeada sabe que cada paso que dará para escaparse le puede costar la vida. Si no tiene quien la proteja y ayude fuera del matrimonio, su vida corre peligro. 

  Este miedo paraliza impidiendo pedir ayuda para terminar con la violencia. En el momento en que explota la violencia la víctima siente  odio, enojo, miedo, humillación e intimidación, pero cuando llega la reconciliación, la etapa que sigue a la explosión de la violencia, en donde el violento muestra  su arrepentimiento y su pesar y promete no volver a comportarse de esa forma, ante esta conducta la victima ven el lado débil y se compadece, no queriendo ver la realidad.

  Otra cosa habitual es que cuando la víctima pide ayuda, a su círculo de conocidos y familia no le creen o peor aun impiden que la víctima abandone al abusador. En lugar de escucharla y ayudarla en todo lo que pueden, la critican y la culpan de toda  la situación. La víctima que pasa tanta humillación, se siente más sola y mortificada, quedando su autoestima por el suelo y mas dolorida y angustiada que nunca.

  Lamentablemente muchas familias siguen pensando que nos educaron bajo el lema “en nuestra familia no hay divorcios”, y yo me pregunto… ¿Se prefiere el maltrato que un divorcio?

  Y por último, quiero que sepa que la persona que abusa de otra es porque tiene un problema muy grande de inseguridad, y baja autoestima, por lo que abusa de quien la rodea para no sentirse disminuido.

  Definitivamente tendremos que prestar más atención con quien estamos y analizar nuestra relación, ahora que si usted siente que en este momento corre peligro  y necesidad ayuda de inmediato, llame al 911 o buen puede llamar a la línea nacional sobre la violencia domestica al  1800-799-7233.

  Buena suerte y hasta la próxima, espero tus comentarios a marilau@216.98.133.232

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