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Aunque es el Mayor… no Deja de ser un Menor!

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Conforme el primer hijo crece, Los padres por lo general cometen el error de darle cada vez más obligaciones, las que a veces le resultan no sólo frustrantes sino hasta agobiantes, porque…. 

   Es uno de los errores más frecuentes en el que caen los padres: delegar al hijo mayor en ocasiones el cuidado de sus hermanos menores.

 ¡Todos los días es lo mismo! Rogelio de 15 años debe apresurarse en llegar a casa después de escuela antes que sus dos hermanos menores; Lidia de 11 años y Marco de 9, para prepararles algo de comer y después llevarlos caminando a su clase de karate. Y después, lo típico, encargarse de hacer su tarea, recoger su cuarto, entre otros posibles encargos que su mamá le deja con frecuencia antes de irse a trabajar; que ir a pagar algo, hacer esto, o aquello. 

   Con todo esto, a Rogelio, que a pesar de su edad todavía es un hijo obediente, apenas le alcanza el tiempo de descansar o de pasar un rato con sus amigos. Y es que aunque quisiera, el chico no tiene muchas opciones; sus padres trabajan y él, por ser el hijo mayor, le corresponde, a criterio de sus papás, hacerse cargo mientras ellos no están en casa. Pero esto es un grave error que muchos padres cometen, sobretodo en la cultura hispana. 

VENTAJAS APARENTES

  El hijo mayor reúne una serie de características muy peculiares y algunas ventajas aparentes. Son los hijos deseados y por un tiempo los consentidos, mimados. Son el orgullo de sus progenitores, mientras llegó el otro/a hermanito. 

   Aseguran los especialistas que los primogénitos son los hijos con mayor riesgo psicológico. Absurda idea, piensan muchos padres y sobre todo los hermanos menores, que opinan que el hijo mayor es más bien un ser privilegiado: acapara casi todos los álbumes de fotos o filmaciones familiares, muchas veces el nombre de uno de sus papás y se da el lujo de mandar a los más chicos.

  Pero estas ventajas no son más que aparentes. La realidad es que el hijo mayor es el depositario de las expectativas familiares, sobretodo de sus padres. Y de aquí parten muchos de los errores clásicos que se suelen cometer contra el hijo mayor, y que a continuación enlistaremos…

ASUMIR LA FUNCIÓN DE PADRE

   Es lo que algunos especialistas nombran como la “parentalización”. El niño impulsado por los padres empieza a asumir como papá y mamá frente a sus hermanos menores, sobre todo en familias numerosas con la idea de aliviar de trabajo a la madre. Con este patrón, los hijos mayores son sobreadaptados o dicho de otro modo, se convierten en personalidades muy exigentes y de gran responsabilidad. Les cuesta reconocer debilidades o agobios y en el futuro difícilmente pedirán ayuda o si lo hacen, será hasta el último momento.

 El hijo mayor puede y debe ayudar siempre que no se minimice o borre su individualidad ni que sea un sustituto del padre. Ningún hermano tiene la obligación de hacerse cargo en forma permanente de otro, salvo casos extremos de orfandad o abandono.

ENDOSÁNDOLE RESPONSABILIDADES

 Cosas tan sencillas como pagar alguna factura, ir a recoger algún paquete o sobre al correo, ir a las juntas escolares, etc., resulta difícil de realizar para algunos padres, sobre todo cuando ambos pasan gran parte fuera de casa trabajando. 

  Y es aquí donde, por lo general, entra al rescate el hijo grande, que no le queda otra opción que seguir las órdenes de sus padres. Sin embargo, los adultos deberían analizar si es conveniente que el hijo, aunque sea el mayor, se haga cargo de estas cosas que, aunque sencillas, pueden poner en peligro la seguridad del menor, ya que implica salir a la calle donde muchos peligros existen. 

RESULTADOS EXCELENTES

  Existen multitud de casos donde los padres le imponen o hasta se podría decir que le exigen, al hijo mayor, dar y servir de ejemplo para sus otros hermanos. Estas altas expectativas por parte de ellos, suelen por lo general, producir mucho estrés y frustraciones en el hijo, al punto de que éste se sienta asfixiado en su propia casa. 

 Pero, cuando estas mismas exigencias suelen venir acompañadas de orientación, amor y comprensión, el resultado suele ser muy bueno y el hijo mayor se convierte en buen estudiante, hijo, hermano y hasta buen ciudadano y en la actividad laboral que haga, será querido y respetado. Por las mismas razones, esos hijos suelen ser mejores cónyuges y padres de familia. 

   Y es que a veces no lo vemos o detectamos, pero el amor de padres suele hacer maravillas en la vida de los hijos!  

  Es conveniente ser flexibles con el hijo primogénito. Los padres no deben exigirle más de lo que pueda dar y no darle más responsabilidad de la que puedan asumir, y es que no hay que olvidar, si bien es el hijo mayor, no deja de ser un menor… y aún un NIÑO o tal vez un Adolescente! 

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