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AUNQUE SEAN NIÑOS… ¡HÁBLELES CLARO!!

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Una de las quejas que más comúnmente se escuchan de los padres, es que sus hijos no obedecen, no hacen caso, pero olvidan que no es lo que uno diga, sino cómo se los diga, lo que hace diferencia

Comunicarnos con nuestros hijos, muchas veces no es cosa sencilla, y mientras ellos estén más grandecitos, menos podemos hacer que nos entiendan… Al menos eso pensamos muchos padres.

Y es que no hay duda que hablar a los niños es un arte dedicado que no todos los padres dominan, porque los chicos, aunque sean pequeños no sólo perciben el contenido de las palabras y su significado lógico, sino también, y mucho más aún, la firmeza o indecisión, pero sobre todo la afectividad que encierra lo que se les dice, si la actitud de los padres hacia ellos es positiva o negativa, de rechazo o complacencia, etc.

Estos factores son determinantes para que los hijos, que de por si suelen ser distraídos, pongan un poco de atención y obedezcan. Por eso, vamos a ofrecerles a continuación, algunos consejitos y sencillos ejemplos de cómo, dependiendo de la edad, debe hablarles a sus hijos y cómo no hacerlo.

Si sus hijos todavía son pequeños, pero ya hablan, considere esto:

Cuando desee que el niño no repita una conducta indeseable, explíquele por qué.

DÍGALE: Si le pegas a tus amiguitos, eso les duele y yo no puedo permitirlo.

NO LE DIGA: ¿Por qué le pegas a tus amiguitos?; ..eres un niño malo.

DÍGALE: No llames con apodos a tus amiguitos. Eso no les gusta, a ti no te gustaría que te dijeran así ¿verdad?.., pues a él/ella tampoco, además, hiere sus sentimientos.

NO LE DIGA: ¡Jamás vuelvas a llamar con apodos a ese niño!, porque te voy a castigar.

Cuando se trate de alguna orden que se le dio o de algo que él/ella piense que es correcto, explíquele un poco acerca de las razones por las que debe actuar de una u otra manera.

Provea siempre alternativas.

DÍGALE: Puedes jugar aquí sin regar arena o puedes salir al patio y deslizarte por el canal; eres libre de escoger.

NO LE DIGA: Te dije que no jugaras  arena en el piso. ¡Se acabó el juego!

Ahora que si sus hijos son un poquito mayores, considere estos ejemplos:

DÍGALE: Necesito que me ayudes, ¿qué prefieres, fregar los platos o sacar la basura?

NO LE DIGA: No vas a salir hasta que no saques la basura.

También es importante que trate de animar al niño a ser independiente.

DÍGALE: Cuando termines de vestirte baja a desayunar.

NO LE DIGA: ¿Todavía no estás listo?… ¡Ay, muchacho tonto… ven, para que te abroche la camisa!.

Aunque su hijo sea un niño, no crea que por eso no debe tratarlo con respeto a su individualidad humana, por eso cuando le pida algo, utilice la palabra “por favor”… eso a los pequeños les hace sentir que tienen respeto hacia ellos.

DÍGALE: “Por favor, alcánzame los lentes”.

NO LE DIGA: Tráeme los lentes.

Cuando haga comentarios, trate de que sean positivos y por ningún motivo juzgue.

DÍGALE:  ¡Caramba, cómo te divierte jugar con los lápices!.

NO LE DIGA: “¿Hasta cuándo piensas emborronar y gastar lápices?”.

Hable de cosas concretas.

DÍGALE: Necesitas poner los juguetes en los cajones y los zapatos en el clóset para que te quede espacio para jugar.

NO LE DIGA: Este cuarto es una pocilga. ¿Por qué no recoges tus cosas?

Tratando al niño en forma considerada le estamos enseñando cómo tratar a los demás. Recuerde que estos son sólo algunos ejemplos y que cada persona, cada familia y cada caso son diferentes, sin embargo no está demás que los examine, los medite y de ser posible trate de llevarlos a la práctica, le aseguramos que le darán excelentes resultados, usted educará mejor y con amor a sus hijos y ellos con el tiempo se lo agradecerán!!

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