“Miren esa cara. ¿Votaría alguien por eso? ¿Se imaginan eso como la cara de nuestro próximo presidente?”…
Estas fueron las palabras que el polémico magnate estadounidense Donald Trump utilizó hace unos días en una entrevista para hablar de Carly Fiorina, candidata republicana a la Casa Blanca.
Es probable que este miércoles Trump, durante el debate que le ha enfrentado en California a los otros aspirantes conservadores que buscan hacerse con la nominación para las presidenciales de 2016, se haya arrepentido de haberse referido de forma tan despectiva al aspecto físico de Fiorina.
Y es que la expresidenta ejecutiva de Hewlett Packard ha sido la que más ha brillado en el evento celebrado en la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan, a las afueras de Los Ángeles, que ha generado gran expectativa.
Fiorina -única mujer entre los 15 candidatos republicanos- ha tenido la oportunidad de responder a Trump, en horario de máxima audiencia y frente a las millones de personas que seguían desde sus casas el debate organizado por CNN, que se convirtió en el programa más visto de la historia del canal, con cerca de 23 millones de espectadores.
Aplauso
“Creo que todas las mujeres de este país oyeron claramente lo que dijo Trump”, ha asegurado Fiorina cuando le han preguntado sobre las declaraciones del magnate, recibiendo un gran aplauso del público presente en la sala.
Trump ha intentado arreglarlo, diciendo que la candidata republicana tiene “una cara muy bella y es una mujer muy bella”.
Pese a ello, ha sido Fiorina la que ha salido victoriosa del debate de este miércoles, mostrando sus dotes para la oratoria y defendiendo con firmeza sus convicciones, mirando a la cámara sin titubear.
Trump, por su parte, como era de esperar ha empezado el debate siendo el objeto de los ataques de sus rivales, y pese a que ha tenido algún que otro momento brillante, no ha logrado ser el centro de atención como hace unas semanas en el evento organizado por la cadena Fox.
El multimillonario ha criticado a Fiorina por su labor al frente de Hewlett Packard, de la que fue despedida en 2005 después de seis años como presidenta ejecutiva, tras la fallida fusión de la compañía tecnológica con el fabricante de computadoras Compaq.
Esta se ha defendido asegurando que su salida no se debió a su mal desempeño como máxima ejecutiva de HP, sino a que desafió el status quo del consejo directivo de la empresa.
Nuevos en política
Para distinguirse de sus rivales, Fiorina ha destacado el hecho de que los candidatos republicanos que más apoyo están recibiendo en las encuestas son aquellos que no se han dedicado previamente a la política, como el mismo Trump o el cirujano Ben Carson.
Ha asegurado que los políticos profesionales “no son malas personas pero han pasado demasiado tiempo siendo parte del sistema”.
La candidata también ha aprovechado el debate para mostrar sus conocimientos sobre política exterior y para dejar claro que no va a hacer uso de su condición de mujer para atraer el voto femenino, particularmente el de las votantes más liberales.
Preguntada sobre su postura sobre las drogas y la legalización de la marihuana, Fiorina ha explicado que una de las hijas de su marido murió a causa de la drogadicción.
Incógnitas
Al final del debate de este miércoles, Fiorina y Trump han sido los candidatos más buscados por los periodistas que llenaban la sala de prensa de la Biblioteca Ronald Reagan, donde descansan los restos del expresidente estadounidense.
Pese su buen desempeño, está por ver si la creciente popularidad de Fiorina le permite abrirse paso en la disputada contienda por la nominación republicana.
No hay que olvidar que en los comicios de medio término de 2010 trató sin éxito de arrebatarle su puesto a la senadora demócrata de California Barbara Boxer.
Además, su ascenso en las encuestas podría hacer que sus rivales -que a excepción de Trump, le han reservado un trato cordial- usen como munición en su contra su falta de experiencia en política y su controversial gestión al frente Hewlett Packard.
En cualquier caso, el hecho de que por una noche haya conseguido desviar la atención de Donald Trump -quien domina las encuestas de cara a las primarias republicanas- tiene su mérito, dada la obsesión de la prensa con el magnate.
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