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¿CÓMO ACEPTAR QUE ‘MIS PEQUEÑOS YA NO SON UNOS BEBÉS?

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En la niñez y la pre–adolescencia los chicos se hacen de nuevos amiguitos, en ocasiones los padres están en desacuerdo y no saben cómo afrontar este proceso natural…

Cuando todavía son  pequeños, los  primeros amigos son sus hermanitos y/o primos y tal vez algún vecinito;  pero en la siguiente etapa de la vida de nuestros hijos, es decir, en la niñez y la pre-adolescencia, la cosa cambia y es cuando algunos padres, sobre todo mamás, se desconciertan y a veces no saben cómo actuar.

LOS AMIGOS: EL CENTRO DEL MUNDO

Cuando un niño/niña cumple seis o siete años de edad e ingresa al primer año de educación primaria, su mundo y su concepción sobre la amistad cambia. En esta etapa, ya ha desarrollado la capacidad para comprender que él o ella no es el centro absoluto de atención, a diferencia de cómo la concebía apenas un par de años atrás. Descubre que no es el centro del mundo, como se sentía en el hogar, sino que es tan sólo uno más de muchos otros.

En este proceso, comienza a desarrollar empatía, es decir, la capacidad de experimentar afinidad con los sentimientos de otras personas. En cierta forma, los amigos pasan ahora a ocupar el centro del mundo del niño, y se convierten en la fuente principal de su vida. Desde luego, surgen conflictos y problemas durante este transcurso de los nuevos amigos.

UN MUNDO DE IGUALES

Entre los seis y once años, las amistades adquieren relevante importancia por eso, el tener amigos le permite al niño ‘sentirse liberado’ de sus padres.  A través de la relación con sus iguales, los niños también progresan con respecto a otro factor fundamental de su desarrollo: ‘la identidad sexual’. Es mediante el juego, pláticas o incluso travesuras con seres de su mismo sexo, que los niños buscan consolidar su concepción de sí mismos.

Desarrollo de las Nuevas Amistades En las Niñas:

A diferencia de los hombrecitos, las niñas suelen tener una sola ‘mejor amiga’, aunque también varias buenas amigas, con las que hacen vida social en grupos. Es factor crucial la relación de las niñas con sus madres, el deseo de cercanía y el afán competitivo por lograr la separación, se repiten a través de sus amistades.

La ambivalencia y la intensidad de una relación madre-hija se manifiesta muchas veces de la manera más clara posible, en una relación apasionada que puede traicionar o desencantar a la pequeña.

En los Niños:

Los varoncitos no tienen “un mejor amigo”, sino dos, tres o más, pero estos son fácilmente cambiables si hay desavenencias o pleitos. Otra cosa diferente entre ambos géneros, es que para los niños es fácil separarse de mamá (después de todo, ella es de otro sexo), y por ello tienen menos qué temer en cuanto a la cercanía con ella. La mayor lucha interna de aquél es con relación a su padre, y el conflicto se centra en la necesidad del niño de idealizar al padre y a la vez, de vencerlo o ser más hábil que él. Y como la preocupación principal de los niños de esta etapa, en especial los más jovencitos, es reforzar su identidad sexual, ponen su masculinidad a prueba en juegos de fuerza y de competitividad.

CAMBIOS CRUCIALES

A medida que se acerca la adolescencia, los padres comienzan a percibir algunos cambios de comportamiento en sus hijos. Hacia los once años, por ejemplo, una niña puede volverse muy coqueta y comenzar a interactuar con muchachas uno o dos años mayores que ella. En parte, ese creciente interés en el sexo opuesto se debe a los cambios hormonales que comienzan a manifestarse.

En contraste, los niños buscan reafirmar su  masculinidad, por eso necesitan mantener los lazos con su padre, pero no demasiado pegado a él. Un niño de once años, por ejemplo, seguirá relacionándose con otros niños de la misma edad y en grupos. Pero esto en uno o dos años  empieza a desarrollar un mejor sentido de su identidad sexual, por lo que su enfoque ahora mayormente se dirigirá hacia las chicas.

Los amigos ayudan a los niños a desarrollar las relaciones de los primeros años y a completar el proceso de separación de los padres y esto puede resultar difícil para ellos, particularmente para mamá, pero al fin de cuentas, es un proceso que tarde o temprano deberá ocurrir y que los padres deberán aceptar y aprender a manejar!

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