Si usted pregunta a un cristiano cómo cuándo y dónde apareció el hombre, éste le dirá que hace miles de años en el huerto del Edén, porque allí lo hizo y puso Jehová (Dios). Si usted hace la misma pregunta a un musulmán, le dirá que el hombre fue creado por Alá (su único Dios) y colocado en lo que hoy se conoce como la mezquita de Yetreb, en Arabia Saudita. Los chinos dicen que el dios Pan Ku formó el universo y la Tierra y su mujer la diosa Nueka de barro amarillo empezó a moldear una figura hasta llegar a formar al hombre. Los hindúes dicen que Indra (Dios) hizo a su imagen a un ser para que reinara en la tierra.
Pero ¿qué dice la ciencia acerca de cuándo y dónde apareció el hombre?
Los científicos están de acuerdo en que África es un continente mágico: y por lo que se ha investigado y descubierto, por ese continente deambularon los primeros hombres del planeta. Esta hipótesis se refuerza gracias a los restos fósiles hallados en Kenia. Se trata del Australopithecus anamensis, uno de nuestros parientes más lejanos, anterior incluso a los homínidos, la familia de primates erguidos que, se afirma, dieron, origen a todas las formas de seres humanos, tanto los actuales como los ya extinguidos. Se supone que estos Australopithecus anamensis aparecieron en la Tierra hace alrededor de cuatro millones de años. Ciertos antropólogos, sin embargo, sostienen que esa aparición se registró medio millón de años antes. Como prueba de ello ofrecen unos restos fósiles encontrados en Etiopía, que podrían ser lo que queda del llamado Ardipithecus ramidus, que era una especie de homínido entre el hombre y el chimpancé.
Sin embargo algo más cerca de lo que hoy se conoce por ser humano, son los restos hallados en Tanzania. Se trata de fósiles muy parecidos al Austrolopithecus afarensis, con una antigüedad de tres millones de años. Medio millón de años mas tarde, estos personajes desaparecerían. Era el momento en que aparecerían nuevas criaturas que se iban a convertir en nuestros parientes directos. Contaban con un cerebro más grande y un esqueleto bastante más humano; incluso se sabe que comenzaron a fabricar utensilios de piedra.
Cronológicamente, podrían enumerarse de este modo: primero el Homo habilis; luego el Homo ergastre y por último el Homo erectus. Se puede decir que en esta etapa el hombre se alzó sobre sus piernas y empezó a andar. Sin duda partió desde África, pero aún se discute si alguna vez llegó a Europa. Un destacado grupo de antropólogos no solo sostiene que el Homo erectus no solo ocupó territorio asiático, sino que también anduvo por el continente europeo hace 500 mil años. Por lo que se sabe, eran individuos de constitución robusta; en su rostro se destacaba un par de sólidos bordes supraorbitales. Este Homo erectus evolucionaría hacia el Homo sapiens. Una rama, sin embargo, tomaría otro sendero que lo llevaría hacia el llamado hombre de Neandertal. Como bien se sabe, del Homo sapiens deriva el actual ser humano. El hombre de Neandertal, en cambio, desapareció para siempre de la historia, sin dejar descendencia. Entre uno y otro había marcadas diferencias: El hombre de Neandertal era más bajo que el hombre actual, aunque de constitución mucho más robusta; contaba con un volumen cerebral algo mayor que el del humano de hoy.
Se discute acerca de quien es el pariente directo del Homo sapiens, es decir del hombre de hoy, sí el Homo heidelbergendsis o el Homo antecesor.
Lo que ya no se discute es el sitio en donde ese pariente nació ya que las pruebas son irrefutables de que fue el continente africano la cuna del Homo sapiens y de esto hace alrededor de cuatro mil seiscientos millones de años, aproximadamente. A pesar de que de teorías científicas y creencias religiosas acerca del origen del hombre estamos llenos, lo cierto es que todavía su verdadero origen sigue siendo uno de los más grandes Enigmas y Misterios y que tal vez nunca lleguemos a entender a ciencia cierta….
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