Los primeros meses y años de un niño son fundamentales para su desarrollo físico, emocional y psicológico. Trabajar con la estimulación de tu pequeño le ayudará a que tenga un mejor crecimiento. ¿Tu bebé tiene 4 meses y no sonríe a la gente o no sostiene la cabeza firme?¿Tiene 6 meses y no intenta agarrar los objetos que están a su alcance? ¿Llegó a los 9 meses y no balbucea?
Estos indicadores son sólo algunos que deberían poner a los papás en alerta para buscar ayuda profesional y descartar cualquier problema.
La atención temprana es fundamental si se sospecha que el bebé presenta alteraciones o retraso en el desarrollo psicomotor.
Muchas veces los padres notan que su bebé no hace ciertos movimientos o no tiene ciertas reacciones de otros niños en la misma etapa, pero lo dejan pasar creyendo que eventualmente lo podrán hacer.
Los especialistas advierten que la evaluación e intervención oportuna marca la diferencia en el desarrollo del niño y puede prevenir muchas otras situaciones.
Hasta hace dos décadas era en la primaria, cuando veían que su hijo no aprendía a leer. Después, cuando la etapa preescolar fue obligatoria, detectaron el problema un poco antes.
“Pero hoy los niños llegan a preescolar a los 3 años y si nosotros vemos la etapa donde hay mayor plasticidad cerebral es al año”, advierte el también profesor de la Escuela Normal de Especialización Humberto Ramos Lozano.
La plasticidad cerebral es la capacidad de las células nerviosas para regenerarse anatómica y funcionalmente, a consecuencia de estimulaciones ambientales, con el fin de conseguir una mejor adaptación al entorno.
En tanto que, el especialista en neurodesarrollo Víctor Hugo Treviño agrega que está comprobado que en los primeros meses años de vida si se estimulan ciertas funciones, las neuronas de alrededor se especializan en esa función.
Niños vulnerables
La intervención para pequeños vulnerables debe ser lo más inmediata posible, porque esto da la oportunidad de organizar su sistema nervioso, señala la psicóloga infantil Cristela Acosta.
“Hay niños que por alguna causa son vulnerables: por ejemplo los que son producto de un embarazo de alto riesgo, ya que sospechamos que su sistema nervioso viene un poquito desorganizado.
A los bebés, desde que están casi recién nacidos, si el papá o la mamá durante la convivencia, detectan que son algo distintos a los demás, ya sea porque tienen un tono muscular elevado, rígido o totalmente flácido, hipotónico, es fundamental que lo digan a su pediatra para que éste los refiera a un especialista, que están en capacidad de atender a bebés de 40 días de nacidos, hasta en edades más avanzadas.
Los terapeutas infantiles, después de evaluar al menor deben darle un programa de trabajo individualizado, acorde a su problema, nivel de desarrollo y con la expectativa inmediata que se tenga para él.
“Se trabajan metas a muy corto plazo, porque el sistema nervioso durante el primer año tiene cambios muy rápidos”, comenta.
Consulta con el pediatra si tu bebé:
A los 2 meses… No responde a los sonidos fuertes, no observa los objetos mientras se mueven, no sonríe a la gente, no lleva las manos a su boca, no sostiene su cabeza cuando la levanta si está acostado boca abajo.
A los 4 meses ….» No observa los objetos mientras se mueven, no sonríe a la gente, no sostiene su cabeza firme, no susurra, se arrulla o hace sonidos, no trae objetos a su boca, no se empuja hacia abajo con sus piernas si sus pies están en una superficie dura ó tiene problemas moviendo un ojo o ambos en todas las direcciones.
A los 6 meses ….» No intenta agarrar las cosas que están a su alcance, no muestra afecto por sus cuidadores, tiene dificultad en poner cosas en su boca, no hace sonidos de vocales (a, e, o), no se da la vuelta estando acostado, no se ríe o da gritos. Se ve muy rígido, con los músculos apretados, se ve muy blando, como muñeco de trapo.
A los 9 meses ….» No soporta el peso en sus piernas, no se sienta con ayuda, no balbucea (mamá, baba, papá), no le interesa ningún juego interactivo (palmaditas), no responde a su propio nombre. Parece no reconocer a los adultos con que convive, no ve hacia dónde apuntas, no pasa un juguete de una mano a otra.
A los 12 meses….» No gatea, no se para con apoyo, no busca cosas que están escondidas, no dice palabras como mamá o papá, no aprende a hacer gestos como saludar o negar con la cabeza, no apunta hacia objetos, pierde habilidades que ya tenía.
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