Todas las noches hay un pequeño drama en casa de la familia Conejo. El benjamín de la familia, a quienes todos apodan “Peque”, no quiere irse a la cama, porque la televisión está en su mejor momento o porque la charla de sus padres y de sus dos hermanos mayores le interesa mucho. Bueno, presiento que en sus casas ocurre algo parecido, ¿verdad, amiguitos?
-Peque, vete a la cama que mañana tienes que madrugar para ir a la escuela -dice mamá Conejo, con gesto regañón.
– Hay, qué lata das mamá! ¡Quiero ver cómo termina la película! -Contesta, fastidiado.
– ¡He dicho que a la cama Peque! ¡Porque en la mañana no hay quien te despegue de las sábanas! -insiste la madre.
Así pasa un buen rato, hasta que Peque encuentra ayuda en sus hermanos o hasta que se impone el genio de mamá Conejo.
Bueno, anoche Peque se ha quedado hasta las tantas horas, y hoy está que se duerme por cualquier rincón.
Su profesora, muy perspicaz, sabe la causa y ha decidido dar una lección a Peque. No irá de excursión con los demás compañeros de la clase.
Tanto duele el castigo a Peque, que el rebelde trasnochador se promete a sí mismo no volver a acostarse tarde nunca más. Después de todo, las excursiones le gustan mucho más que la “tele”.
Moraleja: Amiguito, aprende a obedecer o un gran castigo has de merecer!!
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