Para curar esa contracción brusca del diafragma y que incomoda mucho a quien en su momento la padece, conocida comúnmente como hipo y que produce un ruido característico, se han propuesto miles…
Para curar esa contracción brusca del diafragma y que incomoda mucho a quien en su momento la padece, conocida comúnmente como hipo y que produce un ruido característico, se han propuesto miles de remedios para alejarlo, eliminarlo o curarlo, algunos de ellos tan inverosímiles como tomar agua, pero del lado contrario del vaso a lo usual, o dejar de respirar lo más posible e incluso hasta amarrarse un lazo rojo en un dedo, y lo más curioso es que la mayoría de estos remedios son avalados por defensores entusiastas.
Investigaciones realizadas sobre casos comprobados indican que si un paciente cree firmemente que determinado tratamiento le servirá de alivio, lo más frecuente es que así sea. Por ello, los médicos concluyen que la cura es, en parte, psicológica.
Sin embargo la creencia que más ampliamente se ha extendido, es la de que un susto pone fin al molesto ataque de hipo; pero los médicos advierten que muere mucha más gente del susto que del hipo, por lo que este remedio podría ser peor que la enfermedad.
El caso más célebre de personas con hipo es el del estadounidense Jack O'Leary quien calcula que entre 1966 y 1986 hipó 160 millones de veces; probó 60.000 viables soluciones, pero todas en vano. Finalmente, desesperado, rezó a San Judas Tadeo, patrono en su país de los imposibles, y el hipo cesó totalmente, asegura O'Leary.
Otra víctima del hipo fue Heinz Isecke, de 55 años de edad, fontanero de profesión y que también vivía en Los Estados Unidos y cuyo ataque le duró ocho meses después de ser intervenido quirúrgicamente en noviembre de 1973. Muchos se interesaron por él y recibió sugerencias de todas partes del mundo, que ensayó sin éxito. Los doctores, alarmados por su debilitamiento, le operaron de nuevo, pero el hipo siguió. Heinz, sumido en la desesperación, bebió una mixtura de hierbas «secretas», enviada por un desconocido que quería ocultarse en el anonimato. La tarde de aquel mismo día desapareció el hipo…. ¿Acaso fue la mixtura, o su fe en ella, lo que le curó?. Hasta ahora nadie lo sabe.
Respecto al remedio de curar el hipo, ocasionando un gran susto a la persona que lo padece, hasta hoy no hay prueba científica que avale que esto da resultado, sin embargo la sabiduría popular lo sigue considerando como “algo infalible”.
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