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El último grito de la moda ahora es: Organizar su propio funeral

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En los Casos y Cosas de hoy en día, tal parece que el morbo de las personas puede llegar a límites verdaderamente insospechados. Tal es el caso

En los Casos y Cosas de hoy en día, tal parece
que el morbo de las personas puede llegar a límites
verdaderamente insospechados. Tal es el caso
de la existencia de lápidas con videos personalizados,
o fuegos artificiales para lanzar las cenizas
al cielo. Ahora llegó la nueva moda: organizar su
propio funeral al gusto de uno, para cuando llegue
la hora final…

Un ejemplo es Honey Leveen. Tiene sólo 48 años,
y quiere un funeral que sea “una linda fiesta en
un parque, con buena comida” y, sobre todo, “que
no sea triste”. Como cada vez más estadounidenses,
Honey, originaria de Texas recurrió a un
“organizador de funerales” que ha negociado con
ella cada detalle para cuando llegue “el momento
inevitable”: incineración, urna, parque, música y
menú.

Día con día son más los norteamericanos que optan
por organizar sus propios funerales. “Las personas
están a cargo actualmente de los funerales
de sus padres. Y son consumidores muy distintos
de los de la generación precedente. Quieren que
el acontecimiento sea único y elegir todo por sí
mismos”, dice Mark Duffey, fundador de la firma
Everest, organizadora de funerales.

Cuando pueden prepararlo ellos mismos, optan por
“un entierro personalizado y temático. Quieren que
se acuerden de ellos. No quieren irse como la generación
precedente, que no quería molestar a nadie.
Ellos, por el contrario, quieren hacer ruido”. “En vez
de un ataúd lujoso, prefieren, por ejemplo, un conjunto
de rock en un restaurante”, agrega Duffey.
Estas ceremonias atípicas son posibles gracias a
la progresión vertiginosa del número de incineraciones
en Estados Unidos. En 2005, casi un tercio
(32%) de los 2,4 millones de funerales del país fueron
cremaciones (en 1990 sólo eran un 17%).

“Desde el momento en que no está el cuerpo en la
ceremonia, todo es más fácil. No se está ya atado
por el féretro”, explica Mark Duffey, que ha organizado
ceremonias personalizadas para 65.000 clientes.
Incluidos todos los gastos, un entierro clásico
puede costar entre 10.000 y 20.000 dólares, dice.
Internet y el vídeo se incorporan también a las
ceremonias fúnebres. Ya no son raros los “libros
de condolencias en línea”, pero el sector que se
espera registre un verdadero auge son “los videos
autobiográficos”.

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