EFE
El singular New World Center de Miami Beach, una estructura geométrica de cemento y cristal como un barco cubista varado en la playa, es no solo hogar de la orquesta New World Symphony sino una obra de arte en sí mismo, creación del arquitecto Frank Gehry (Toronto, 1929)…
Cumple cinco años el New World Center y continúa deslumbrando: es una fábrica de sensaciones y perplejidad para los espectadores, una ficción de cristal, luz, cemento y volúmenes blancos que semejan proas de barcos con rumbo seguro.
La magia de la fachada principal, acristalada, con más de 300 ventanas rectangulares, guarda un secreto: “Tiene dos personalidades diferentes: una por el día, cuando el cristal refleja la luz cegadora; la otra, por la noche, cuando el cristal básicamente desaparece y se ve la vida en el interior”, dice a Efe Craig Hall, vicepresidente de comunicaciones del Centro.
Precisa Hall que, cuando el New World Center se inauguró en el año 2011 el cristal que se empleó en la fachada “era el más claro y transparente que existía en el mercado; un vidrio que, al anochecer, permite contemplar desde el exterior las formas creadas por Gehry en el interior”.
Otro factor que cuidó especialmente Ghery, premio Príncipe de Asturias y, probablemente, el arquitecto vivo más admirado del mundo, fue la incardinación de su edificio en la cultura y el clima de Miami Beach.
Fue así que concibió un espacio exterior para uso público frente a la fachada principal, a escala humana, que permitiera el disfrute de la comunidad de actividades al aire libre como conciertos (dispone de un sistema con 180 altavoces) y proyección de filmes.
De hecho, la inmensa pared de cemento blanco de la fachada, de unos 7.000 pies cuadrados (651.000 metros cuadrados), se utiliza periódicamente para la proyección de películas y atrae con su programa de cine y vídeos de arte a numeroso público durante la celebración de Art Basel Miami Beach, en diciembre.
Es, en definitiva, un edificio concebido para impulsar el desarrollo cultural, el arte y, sobre todo, la música, un gran edificio donde resalta la pasión de Gehry por las formas en movimiento, por la fuerza de los volúmenes cubistas en un espacio abierto, en juego con la luz natural y el aire.
El creador del Museo Guggenheim Bilbao en 1997 infundió en el New World Center el deseo de que esta multifuncionalidad “hiciera todavía más viva la interacción del centro con la gente”, prosiguió Hall.
El innovador uso de materiales y formas tiene uno de sus principales ejes en la moderna sala de conciertos y escenario de la New World Symphony, con capacidad para 776 personas.
La espectacular acústica del auditorio fue diseñada por el experto japonés Yasuhisa Toyota, una de las mayores autoridades mundiales en condiciones sonoras y creador del Disney Hall de Los Ángeles y el Suntory Hall de Tokio, entre otros auditorios.
“El sonido es increíble, te envuelve, es como si lo tuvieras dentro de ti”, puntualiza con emoción Hall, mientras señala el sistema automático hidráulico que sirve para mover el escenario, capaz de adaptarse a todos los imperativos de presentaciones.
Una de las innovaciones del auditorio, en el que dominan los tonos alegres y las maderas claras, es que el público se encuentra, gracias al diseño, a una distancia mínima de la orquesta, a cuya espalda se sitúan también varias filas de asientos.
“El tamaño del auditorio, lejos de aquellos con capacidad para más de un millar de personas, permite una intimidad del público con la orquesta y que los conciertos de cámara o de solistas tengan todo el calor humano y el mejor sonido”, agregó.
Además, el sistema de paneles móviles de tela y las superficies suspendidas del techo imprimen una mayor calidad acústica al auditorio, que cuenta con una sala de producción de televisión y grabación.
El coste final del edificio se ajustó al presupuesto fijado en 2008, que fue de 160 millones de dólares, toda una “proeza”, resalta Hall, quien deja para el final la visita al bello jardín cubierto de árboles y flores situado en el tejado del edificio, con una panorámica excepcional de Miami Beach y sus edificios “art déco” recortados sobre la línea del mar.
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