El orgullo de ser hispano

El pasado y sus situaciones pueden ser parte de sus recuerdos o pueden ser olvidados. Muchos optan por el olvido porque fue doloroso, otros optan por aprender de él para mejorar sus vidas de manera permanente. Es de mucho valor no repetir los errores cometidos o que los demás cometieron con uno. No es conveniente que el pasado refleje culpas o complejos.
El hombre inteligente decide aprender de ellos en vez de insistir en sus dolorosos recuerdos. El destino se presenta tirando cartas distintas para cada uno, y con ellas jugaremos toda nuestra vida (a lo que se suman nuestros conocimientos y aprendizajes).
No es conveniente que el pasado refleje culpas o complejos. Los que recuerdan su pasado y se esfuerzan por aprender de él son los que luchan para que ese mejoramiento sea lo más positivo posible. Y son los que aceptarán más fácilmente los esfuerzos que la vida les exija. 
Quienes inmigramos, un día decidimos, con este pasado, con todas nuestras cartas, nuestros fracasos, nuestras fortunas, nuestras frustraciones, nuestros dolores y nuestros sueños, irnos bien lejos de nuestra tierra. Esto ya nos muestra una fuerza interior que no todos tienen para decidir dar este gran paso.
El inmigrante hispano es una minoría dentro de la gran minoría hispana que tiene este país. Sabemos lo que es llegar a sus ciudades con unas pocas monedas en los bolsillos y con un temor inolvidable.
Somos inmigrantes. Somos aventureros. Tuvimos que ser fuertes para subir al tren, al micro o al carro que nos trajo y siempre recordaremos el mirar atrás dejando nuestras ciudades y los ojos de nuestros seres queridos diciéndonos “¡adiós!”.
Eso nos ha forjado con una fuerza especial y con una necesidad de hacer las cosas aún mejor.  Sabemos que no hay tiempo para holgazanerías. Sabemos que no nos tendrán paciencia. Sabemos que para ganar algo antes debimos perder mucho, y lo recordamos permanentemente, con toda la sensibilidad que llevamos por el solo hecho de ser hispanos.
¿Cuál es la diferencia entre el hispano y las otras culturas? En realidad no importa demasiado. Todas tienen su parte positiva y aquella que aún hay que mejorar. Lo importante es que, acordándonos que somos distintos, debemos amoldarnos y adaptarnos a otra forma de vivir. No podemos ser tan inocentes y pretender que sea la ciudad quien se adapte a nosotros. Debemos estar abiertos al aprendizaje con nuestros pensamientos y maneras de vivir diferentes. Debemos educarnos de nuevo. ¡Qué experiencia extraordinaria es volver a empezar con todo lo valioso que traemos!  Este país se formó con gente como usted, y los Estados Unidos brillan por esa combinación de culturas que, juntas e integradas hacen, indiscutiblemente, una sociedad mejor.
En la próxima edición el tema a tratar será:  ¨Recordando su pasado

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