Esto es algo muy común que suceda en personas mayores que por diferentes motivos se quedan solas y entran en una depresión que es reflejada a través del llamado síndrome de Diógenes.
Dicho síndrome se refiere que ciertas personas mayores tienen un comportamiento muy huraño, viviendo recluidos en sus hogares.
En el año 1975 surge el término clínico Síndrome de Diógenes, haciendo alusión irónicamente a Diógenes de Sínope, un filósofo conocido por sus ideas de vivir austeramente y renunciar a las comodidades.
Quienes sufren de este síndrome son incapaces de desprenderse de los objetos, a tal punto que sus hogares son un verdadero caos. Acumulan sin cesar y casi cualquier cosa y no pueden deshacerse de nada, incluso aunque las cosas que posean ya no tengan utilidad. La creencia que se esconde debajo de esto, es que quizás algún día puedan utilizar alguna de esas cosas, además de que para ellos son tan importantes que podríamos hablar que se establece una especie de vínculo afectivo, considerando a las cosas como parte de su historia, recuerdos importantes.
Debido a que sienten vergüenza por el desorden de su hogar, comienzan a aislarse y rechazan las visitas. Se pierden en el aislamiento social, se recluyen en su propia casa y hay mucha negligencia en cuanto al cuidado personal y la limpieza del hogar. Los acumuladores compulsivos tienen dificultades a la hora de clasificar y organizar, ya que les resulta complicado separar a los objetos en categorías, todos tienen un significado especial.
Resulta complejo vivir con este tipo de gente porque poco a poco van invadiendo el espacio del otro, la casa se va llenando de cosas sin sentido, cosas rotas, viejas, que terminan molestando a la otra persona. Cuando alguien le intenta tirar alguna cosa, suelen reaccionar con cierta violencia, ya que esos objetos son especiales y amados. No comprenden cómo los demás quieren deshacerse de cosas que para ellos son tan importantes.
Cabe destacar que este síndrome no se restringe únicamente a cosas, también puede darse una acumulación de animales domésticos. Comienzan a amparar animales de la calle, lo cual traerá el problema de que los desperdicios de los animales comienzan a acumularse, generando otro problema de higiene.
Existen diversas teorías acerca de por qué comienza esta enfermedad. Algunos psicólogos dicen que representa la fase final de un trastorno de personalidad. De acuerdo a estudios neurológicos, la raíz de este desorden podría estar relacionada con el lóbulo frontal, la que inhibe el impulso básico de acumular.
Este trastorno suele darse en personas mayores con tendencia al aislamiento. Personas que han sufrido reveses económicos, que han perdido a un familiar, que se sienten muy solas.
En cuanto al tratamiento se tiene que hacer hincapié en la salud física, solucionar problemas asociados a la desnutrición y la higiene. También es recomendable un tratamiento psicológico para lidiar con este síndrome, aunque es complejo que la persona decida asistir a terapia porque no creen que estén haciendo nada anormal. Es vital el apoyo de familiares, el amor y la contención social.
Así que si tú te sientes identificado con alguno de estos síntomas o conoces a alguien que está atravesando por esto, no dudes en contactarte con alguna institución que pueda brindarte apoyo.
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