Don Marrano y don Gallo eran grandes aficionados al tenis. Raro era el día que no se les veía enfrascados en un animado partido. Sin embargo, se quejaban de lo agotador que resultaba ir a recoger las pelotas que salían fuera de la cancha.
Macaco, que era un entusiasta aficionado de ambos, se ofreció a asistirle en sus partidos, recogiendo él las pelotas que saliesen despedidas de la cancha. Gracias a su ayuda, los partidos ganaban en calidad y rapidez, ya que los jugadores se cansaban mucho menos, y Macaco, por su parte, disfrutaba enormemente con su nuevo oficio. Además, siempre era compensado con unas monedas de propina.
Una tarde de verano, mientras Macaco se fue en busca de una pelota, don Marrano se dio cuenta que alguien le había robado sus ropas, dinero y demás objetos personales.
Tras la correspondiente investigación policial, Macaco fue acusado de tal delito y encerrado en la cárcel, a la espera del juicio definitivo.
Chimpancín, íntimo amigo de Macaco, se puso a investigar por su cuenta y pronto reunió pruebas en contra de don Gallo. El había sido el autor del robo, aprovechando una fugaz distracción de su contrincante.
Macaco fue puesto en libertad y don Gallo ocupó su lugar en la cárcel. La honradez del recogepelotas fue esclarecida.
Moraleja: Un verdadero amigo siempre está contigo en las buenas y las malas, no te deja desprotegido
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