En una enfermedad que afecta principalmente a las mujeres, consiste en un enrojecimiento en las mejillas, en la parte central de la cara, nariz o cuello y es …
Cerca de 16 millones de personas en los EE.UU. padecen rosácea, una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel de la cara, que tiene su inicio con las primeras exposiciones solares en primavera.
La rosácea es una de las enfermedades dermatológicas menos conocidas y es por este motivo que Almirall, la compañía farmacéutica global con sede en Barcelona (Catalunya, España), lanzó una nueva historia como parte de su proyecto “Derma Stories”, enmarcada en la campaña internacional “Shared Skin Initiative”. El objetivo principal es sensibilizar sobre estas enfermedades dermatológicas, a fin de que la sociedad pueda conocer el impacto social y emocional que estas patologías pueden provocar en la calidad de vida de los pacientes y sus familiares.
‘Me he puesto roja’ es la historia de una joven que envía un email a un amigo pidiéndole disculpas por su comportamiento durante una cita. En el correo intenta explicar lo avergonzada que se sintió cuando comenzó a padecer un brote de su enfermedad durante su encuentro y tuvo que salir corriendo dejando a su acompañante solo”.
Esta patología puede comenzar a manifestarse durante la infancia o en los primeros años de la adolescencia y se agrava en la edad adulta debido a los cambios en el estilo de vida, la alimentación y los factores psicológicos. Esta enfermedad es más común en las mujeres que en los hombres, especialmente durante la etapa de la menopausia.
Asimismo, la rosácea tiene un profundo impacto en la salud psicológica de los pacientes. Un análisis llevado a cabo por la National Ambulatory Medical Care Survey y la National Hospital Ambulatory Care Survey concluyó que el 75% de los pacientes afectados experimentan problemas de baja autoestima y que, además, la probabilidad (odds ratio) de que los enfermos de rosácea sufran un trastorno depresivo es de 4,81, en comparación con la población que no la padece.
La primavera es la temporada en la que la rosácea empeora debido al aumento de la exposición al sol y al viento, a los cambios de temperatura y a las actividades al aire libre. Por eso es importante que las mujeres protejan su piel durante este periodo con algún protector solar, sombreros o fulares si hace frío, pero además hay que tener cuidado con las alergias, ya que pueden causar brotes de rosácea en muchos pacientes.
Tratamientos
Los tratamientos para la rosácea se centran en tres categorías claves: la educación del paciente, el cuidado de la piel y la intervención farmacológica. En este sentido, también resulta beneficioso para su bienestar psicológico tranquilizar a los pacientes explicándoles la naturaleza benigna de la condición de su piel.
Es posible un tratamiento que minimice los síntomas, sin embargo, es más importante que el paciente aprenda a vivir con su enfermedad.
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