Querida Doctora Consejos:
Necesito urgentemente uno de sus sabios consejos. Por favor ayúdeme.
Mi caso es que tengo un buen hombre por esposo. Tenemos dos hijos a los que amo con todo mi corazón. Mi problema es que tengo un compañero de trabajo que me gusta mucho y también sé que le gusto a él.
El es casado, no hemos hecho nada más que textear, en persona no hemos platicado nunca de nada, sólo platicamos cuando están presentes otros compañeros y hablamos de cosas generales como el soccer o el clima, pero por mensajes en el Facebook y por textos en mi celular me ha dicho que me desea y que quiere hacerme suya.
Yo estoy que ardo de deseo de hacerle caso, pero no quiero arriesgar a mi familia, sé que usted no aprueba la infidelidad, por eso le escribo para que me regañe y se me quiten estos malos pensamientos.
La Que No Quiere Pecar
Querida que no quiere:
Tienes razón que no apruebo la infidelidad. Considero que la confianza es como un espejo, cuando se rompe puede pegarse pero ya nunca vuelve a ser íntegro. También creo que todos tenemos derecho a vivir nuestras fantasías sexuales, pero tu libertad de vivirlas termina donde empieza el derecho de tu esposo y tus hijos a ser respetados y a tener tu lealtad íntegra.
Te aconsejo que no corras riesgos, unas sesiones de placer podrían costarte herir a las personas que más amas. Además, este hombre que te enamora, según dices, también es casado. O sea que hay dos familias en la línea de fuego que podrían resultar dañadas por el egoísmo de ustedes dos.
Mi consejo es, cambia tu número de celular y bloquea en Facebook a este hombre, dile que no estás interesada en poner en riesgo a tu familia.
Después de eso, empieza a enviar textos sexuales, sensuales y atrevidos a tu propio esposo. Si tanto deseas vivir la adrenalina de un encuentro apasionado, empieza por incitar y excitar al compañero de tu vida. Buena suerte.
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