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Es hora de comeeer

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A todo padre le gusta que sus hijos crezcan sanos y felices, para ello se deben inculcar buenos hábitos alimenticios desde pequeños y así se evitarán futuros problemas en la alimentación

Por: Paloma Villanueva  //   Agencia Reforma

   ¿Abre la boca cuando le ofreces espagueti, pero llora y avienta la cuchara cuando se trata de verduras!?

  vLos niños desde muy pequeños pueden tener conductas selectivas o de rechazo hacia ciertos alimentos por razones diversas y la deficiencia de nutrientes puede desencadenar en alteración del crecimiento y problemas físicos o cognitivos.

  Especialistas en pediatría y nutrición abordaron en el simposio ‘Identificación y Manejo de los Trastornos de la Alimentación’, los problemas de alimentación más comunes en los niños.

 Benny Kerzner, jefe de gastroenterología y nutrición de Children´s National Medical Center, señaló que a veces los padres tienen ideas erróneas sobre la cantidad de comida que un niño debe ingerir, sin embargo, apuntó que hay señales inequívocas que denotan problemas de alimentación en los niños.

   El pediatra explicó que hay tres tipos de problemas que afectan la alimentación de los infantes cuando no existe alguna enfermedad orgánica: Cuando tienen apetito deficiente, es decir, tienen poco interés en comer o se sienten satisfechos con muy poco; cuando se trata de niños selectivos que limitan su dieta a pocos alimentos. Y un último grupo en el que se presenta miedo a comer luego de una experiencia dolorosa o desagradable con la alimentación como atragantamiento con comida, deglución dolorosa o el hecho de que se le fuerce a comer.

   Por otro lado, Kim Milano, especialista en nutrición pediátrica, recomendó un estilo de alimentación más sensible que además de lograr que los niños coman frutas, verduras y productos lácteos, sirva como protección contra el sobrepeso.

 “Las técnicas de alimentación como la restricción o la presión, al principio parecen efectivas, pero pueden disminuir la ingestión de alimentos saludables y aumentar el consumo del alimento que se intenta restringir”, dijo.

   Por eso, recomienda un estilo de alimentación más sensible, que además de lograr que los niños coman frutas, verduras y productos lácteos, funja como protección contra el sobrepeso.

“Es importante responder a las señales de hambre del niño; guiar las prácticas de ingestión en lugar de controlarlas, establecer límites y ser un buen modelo a seguir. También conviene hablar de la comida de manera positiva y mantener un comportamiento de alimentación saludable”, ejemplifica.

   De hecho, una manera sencilla y efectiva de ayudar a prevenir o manejar los problemas en la alimentación es que las familias se reúnan a la hora de la comida.

 “Los niños aprenden a comer bien al observar a otros, y mediante experiencias positivas. Es importante que los niños se interesen en la comida, permíteles jugar con ella, enséñales imágenes de alimentos saludables, llévalos a comprar víveres e inclúyelos en la preparación de la comida”, recomendó.

         Ideas para tener hábitos saludables

– Mantener horarios regulares para las comidas y refrigerios a intervalos de 3 a 4 horas, servir porciones pequeñas y servir más si se pide.

– No usar el alimento como una recompensa, para generar comodidad o como expresión de afecto, ya que los niños establecen fuertes relaciones entre sus emociones y la comida.

– Cuando sea posible, comer en familia y limitar las distracciones (juguetes, libros, televisión).

– Limitar la duración de las comidas (a 20 o 30 minutos).

– Servir alimentos adecuados para la edad.

– Tolerar el desorden propio de la edad (no hace falta usar la servilleta luego de cada bocado).

– Estimular la autoalimentación. Usar dos cucharas, una para la mamá y otra para el niño.

– Mantener una actitud neutral durante comidas. No enojarse y gritar si el niño no quiere comer.

– Ofrecer de manera consistente nuevos alimentos saludables (entre 8 y 10 veces) para aumentar la variedad y la familiaridad.

– Presentar la comida de forma divertida y atractiva.

– Utilizar un lenguaje atractivo para referirse a la comida, en vez de decir: “zanahorias”, decir: “zanahorias de visión de rayos X”.

Las prácticas de una buena nutrición pueden ayudar a prevenir trastornos alimenticios. Involucrar a los niños en la preparación de la comida puede ayudarles a fomentar en ellos hábitos saludables que les serán útiles a lo largo de la vida.

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