Querida Doctora Consejos:
Yo siempre he sido una persona muy sincera. Si pienso algo lo digo, y ese es mi principal problema. Mi familia dice que soy muy claridosa y me evitan. Y yo les digo que si quieren que me calle para que me quieran, están muy equivocados si creen que lo voy a hacer.
Yo digo lo que veo, y a ellos no les gusta escuchar la verdad. Me siento muy herida que no me quieran aceptar como soy y que me hagan a un lado.
Sólo digo lo que es verdad. De ninguna manera quiero volverme mentirosa o hipócrita para que ellos estén contentos y me inviten a sus fiestas.
Dígame a lo derecho usted qué piensa de esta situación. — La Claridosa
Querida Claridosa:
Aseguras que sólo dices la verdad, pero la verdad absoluta no existe. Lo que para ti puede ser verdad, puede no serlo para la persona de al lado. Por otro lado, ten en cuenta que a nadie le gusta que le estén señalando sus errores o sus deficiencias. Ten por seguro que cada persona sabe lo que le está fallando, básicamente porque nosotros mismos somos nuestros peores críticos.
Y nadie necesita una conciencia externa o un juez espontáneo que le esté juzgando a cada paso que da. Si no quieres callarte y quieres seguir hablando lo que ves, entonces cambia de enfoque. En lugar de buscar defectos, busca aciertos y señálalos. Busca lo que sale bien, lo que se ve bonito, lo que es agradable y menciónalo. Con esta técnica, podrás hablar lo que quieras y la gente empezará a sentirse a gusto contigo y volverán a invitarte.
Ten en cuenta algo: la gente podrá olvidar tus palabras o cuando las dijiste pero siempre recordará cómo le hiciste sentir.
Si le haces sentir bien esa gente regresará a verte para volver a sentir esos minutos de bienestar y bendición.
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