¡Hooolaaa, qué tal!, mis queridos leitores y leitoras ¿cómo les va?… oigan les apuesto que casi ni la sintieron la mita’ que se nos jue… si la primera del año. Uuff!, en un abrir y cerrar de ojos, como decían las mamás!
Pero güeno, empecemos…. Hoy en lugar del sagrón y pela’o chistorete, los voy a poner a pensar tantito… ¿listos?
Resulta que Luisito (hombre güapo y querendón… oooh!, pos’qué quieren así se llamaba) un día decide casarse. Pero hay un problema: Tiene tres novias y no haya por cuál decidirse. Tras meditarlo un poco, las va a poner a prueba. Así que va al banco y retira 15 mil dólares… Le da 5 mil a cada una de ellas y les avisa que estará fuera de la ciudad un tiempo. ‘‘En cuanto regrese nos vemos’’, les dice.
Una semana después ve a la primera, quien le cuenta que se fue de shoping, y también a una famosa estética, a un spa, etc… y le aclara: ‘‘Me puse bella para ti.. porque te amo’’.
Días después ve a la segunda, quien también se había ido de shoping, pero compró solo cosas para él y le dijo: ‘‘Te compré lo que más te gusta… porque te amo!’’
La tercera había invertido el dinero en la bolsa y lo duplicó, así que le dijo: ‘‘Aquí te traigo lo que me diste. ‘‘Y con los otros cinco mil compré cosas para los dos porque te amo…”
El hombre pensó, pensó, pensó. Nosotros los hombres pensamos mucho pa’ todo…
A ver amigo leitor, si tú fueras él, ¿con cuál te quedarías?… A ver amiga leitora, si fueras una de ellas, ¿cuál te gustaría ser?… Bueno los dejo pensar tantito. Al final del artículo les digo a cual eligió…
Y pasando a otra cosa mariposa, pero siguiendo con lo de los regalos, fíjensennn, que hace unas semanas empezamos algunos compañeros a volver a trabajar en la oficina de El Aviso. Y un día de esos, a la hora del lonch, platicábamos cómo nos habíamos sentido en casa tanto tiempo y lo que habían hecho esos meses, alguien comentó que aprovechando esos días, pintaron la casa, el cancel y que le dieron una buena limpieza al garage…. Y se asombró de la cantidad de cosas -sobre todo ropa y zapatos- que tenía ahí arrumbadas que ya ni usaba y de algunas ni siquiera se acordaba que tenía.
Entonces -siguió platicando- las metieron en cajas y las mandaron regalar a una iglesia de gente muy pobrecita en Ensenada.
El tema se generalizó y todos estuvimos de acuerdo en que eso era algo muy bueno… Entonces alguien dijo: ‘‘Yo también cuando puedo, regalo todo lo que puedo”; y otra vez, todos alabamos esa acción… Ah!, pero con la humildad y timidez que me caracteriza, yo dije: ‘‘Qué bueno que dan lo que ya no quieren… pero eso no es regalar!!!”
Queeeé!, ¿está usted loco o qué?… yo lo que regalé lo hice de todo corazón!.
Pues sí, no lo dudo… pero pa’ mí ‘‘no regalaste nada”… lo que hiciste fue deshacerte de cosas viejas que tenías en tu garage…”
__uuutaa!, casi todos se me echaron encima, entonces tuve que defenderme y les di varios ejemplos, pero aquí sólo les contaré éste.
La señora ‘‘Enepomucena’’, se compra un vestido muy caro para ir a la boda de Adelfa. Ahí, su prima al verla con el vestido, la chulea y le pregunta cuánto le costó…. Al saber el precio la prima solo sonrió. Ella no podría pagar aquel vestido….
Un año después, mientras revista un guardarropa que tiene en el garage lleno de cosas ‘que a la mejor va a usar después’, se encuentra el vestido y se acuerda de su prima… y como ella ya no tiene aquella cinturita, pues le habla a su prima que vaya a visitarla porque le va a regalar algo… Y le ‘‘regala el vestido’’… Ahora pregunto: ¿Realmente ‘‘regaló algo’’, o solo le ‘dio’ un vestido que ni con mantequilla embarrada en el cuerpo ahora le entraría a ella??
___ En fin, la cosa es que así fue que me metí en una controversia __indeja!… Pero mi teoría es que: ‘Regalar’ es comprar algo específicamente para alguien, pero que le guste, que le quede, que lo necesite, que le sirva…’ En cambio ‘Dar’ es deshacerte algo que tú ya no quieres, no te gusta, no te queda o que te estorba (como se ve en la foto). Así que con todo respeto mis queridos leitores, ustedes no le hagan al güey, y entiendan que dar y regalar, aunque parezca lo mismo, pero no lo es…
digO, yo No’mas diGO!
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