Fuente: Univisión
Carla Collazo padece el síndrome del ovario poliquístico por lo que le habían dicho que era casi imposible que pudiera ser madre. A finales de agosto se sintió mal y, camino a urgencias, paró en casa de un familiar. En el baño, pensando que tenía cólicos, acabó dando a luz a la pequeña Amoura Rose, de 2 libras y 14 onzas.
Collazo es una mujer hispana de 37 años, por el síndome que padece, los médicos le habían dicho que era prácticamente imposible que quedara embarazada. Con su condición, los vaivenes de la menstruación son normales. Pero el pasado 25 de agosto, tuvo una gran sorpresa cuando comenzó a sentirse mal.
Antes de esa fecha, su peso no había variado mucho y la hinchazón de los tobillos es un padecimiento bastante normal en su trabajo de recepcionista en Delaware, en el que tiene que estar muchas horas de pie.
Por el camino se fue haciendo imposible seguir manejando, por los fuertes ‘cólicos’, así que decidió parar rápidamente en casa de su cuñada, Alexandra Santos, para ver si podía ir al baño. Alexandra le recomendó primero darse
Carla recuerda que se sentó en el baño, pensando que tenía un cólico estomacal y de pronto empezó a salirle de dentro un líquido acuoso y sangre. “Pensé que estaba teniendo un aborto espontáneo”, dijo la mujer a Delaware Online. Pero luego, sintió que algo grande cayó en el inodoro: acababa de ser madre.
“¡Algo se me ha salido, algo se me ha salido!”, empezó a gritar y su cuñada llegó corriendo. Al ver la sangre, llamó al 911. Pero al percatarse de que había un bebé, se calmó y se quedó callada, temiendo lo peor. “No quería decir nada porque no quería decepcionarla si el bebé no respondía”, dijo Santos. Pero Carla le pedía que le dijera qué pasaba. Y en ese momento, el tenue llanto de una recién nacida se sintió desde dentro del inodoro.
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