La también llamada ‘gran conjunción’ podrá ser apreciada a simple vista desde todo el planeta, algo que no ocurre desde 1226 y que marca además el comienzo del invierno en el hemisferio norte.
Para algunos se trata de la ‘estrella de Belén’. Para otros es la ‘gran conjunción’. En lo que sí no hay discusión es que el evento astronómico de este lunes 21 de diciembre es de esos sucesos que ocurren una vez en la vida. E incluso menos que eso.
Júpiter y Saturno cruzan sus órbitas en torno al Sol una vez cada 20 años, pero es muy extraño que ambos coincidan de manera tan excepcional como la conjunción de 2020: desde nuestro ángulo visual en la Tierra, los planetas se verán apenas a una décima de grado de separación, equivalente a la quinta parte del diámetro de la Luna llena.
La última vez que eso ocurrió fue en 1623, pero en aquella oportunidad fue casi imposible de observar por la posición de ambos respecto al Sol. Hay que remontarse a casi 800 años atrás para encontrar un momento como el de este 21 de diciembre.
El 4 marzo de 1226, cuando Genghis Khan conquistaba Asia y en Europa aún algunos creían que la Tierra era plana, fue la última vez que el encuentro de Júpiter y Saturno fue visible desde todo el orbe.
“Los alineamientos de estos dos planetas son inusuales, algo que ocurre cada 20 años más o menos, pero esta conjunción es excepcionalmente rara por lo cerca que se verán estos planetas el uno del otro”, dijo a la revista Forbes el profesor Patrick Hartigan, astrónomo de la Universidad de Rice.
Aunque parecerá que los dos planetas se fusionan en un solo astro resplandeciente, se trata solo de una ilusión óptica provocada por la posición de nuestro planeta respecto al Sol. En realidad, Júpiter y Saturno orbitan alrededor del Sol separados por una distancia similar a la que existe entre la Tierra y Júpiter, sin que nunca lleguen a tocarse.
Esa cercanía es la que hace creer que se podría tratar de una nueva oportunidad de ver la ‘estrella de Belén’, a la que se hace referencia en la historia de los ‘Tres Reyes Magos’ en el Nuevo Testamento, aunque el legendario astrónomo Johannes Kepler (1571-1630) sostenía la hipótesis de que en realidad esa fue una rara alineación triple entre Júpiter, Saturno y Venus.
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Este 21 de diciembre marca además el solsticio de invierno en el hemisferio norte, lo que hace aún más especial la ocasión.
“La fecha de la conjunción está determinada por las posiciones de Júpiter, Saturno y la Tierra en sus trayectorias alrededor del Sol, mientras que la fecha del solsticio está determinada por la inclinación del eje de la Tierra. El solsticio es la noche más larga del año, por lo que esta rara coincidencia le dará a las personas una gran oportunidad de salir y ver el sistema solar“, asegura el astrónomo Henry Throop, de la NASA.
Un encuentro tan cercano no se volverá a ver hasta el año 2080.
¿Cómo observarlo?
El fenómeno puede ser observado a simple vista si las condiciones meteorológicas lo permiten en el lugar donde usted se encuentre.
La principal recomendación es observar hacia el suroeste una hora después de la puesta del Sol, según recomienda el sitio web de la NASA.
Júpiter se verá como como una luz brillante, mientras que Saturno aparecerá apenas por encima con una luz un poco más débil.
El uso de binoculares o un telescopio permitirá además observar cuatro de las mayores lunas de Júpiter. Io, Europa, Ganímedes y Callisto aparecerán alineadas en torno al planeta. Con un poco más de suerte y dependiendo del tipo de lente que se use, es posible incluso observar Titan, una de las lunas gigantes de Saturno.
La ‘estrella de Belén’ o la ‘gran conjunción’ podrá verse a lo largo de toda esta semana, aunque cada día Saturno estará un poco más lejos de Júpiter.
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