El informe del Estado de la Unión fue un total fiasco, un acontecer de villanos. Nadie ganó. No ganó Trump, no ganó Pelosi, no ganaron los republicanos, no ganaron los demócratas, mucho menos ganamos los ciudadanos… Todos perdimos. El informe del Estado de la Unión reflejó a un Estado en decadencia, lleno de conflictos.
Por primera vez en la historia, la jefe de la Cámara de Representantes –la segunda persona más poderosa del país— no se refirió al Jefe de Estado con la usual palabra de “honor distinguido” en el momento que la presentó a sus compañeros y al pueblo norteamericano.
Por primera vez se observó al presidente de la República ignorando públicamente a la jefe de la Cámara de Representantes, cuando Donald Trump se negó estrechar la mano de Pelosi.
Por primera vez en la historia del país se vio a una jefe de la Cámara de Representantes romper el escrito oficial de las palabras del jefe de gobierno en frente de sus colegas y en frente a las cámaras de televisión.
Por primera vez se pudo observar la condecoración pública, con la Medalla Presidencial de Libertad, a un intolerante de la diversidad, a alguien que está refugiado en la xenofobia y caracterizado por sus comentarios racistas.
Rush Limbaugh fue galardonado en pleno Congreso de la Nación. Esto es una vergüenza de mil colores que la historia se encargará de condenarla.
Por primera vez se vio a un oficial de migración de ascendencia latina-indígena ser ovacionado “por su destreza en la separación de familias”, por apresar a niños/niñas, por capturar a personas inocentes y por condenar a las víctimas.
En ningún momento de la historia de este país se había vivido algo similar, pero el pasado martes ocurrió todo, hasta lo más indecible.
Nuestro país está en crisis. Estamos todos sometidos -sin excepción- a la barbarie del trumpismo, al amarillismo político, al surrealismo y a todo aquello que ensombrece a la especie humana.
No sé si el país y su población van a poder soportar otros cuatro años de esta calamidad. Como están las cosas, existe una gran probabilidad de que Trump se conserve en el poder. En estos nuevos cuatro años no solamente va a mantener el clima destructivo, sino que va a poder incrementar la intensidad de la polarización e irracionalidad de nuestra sociedad.
Existe también la posibilidad de que un candidato de los demócratas llegue al poder. Cualquiera de ellos, incluyendo los más apostados a la izquierda, son mejores que un presidente que está recostado en su lecho racista, lleno de intolerancia e ignorancia.
Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador de Economics On The Move. E-mail: hcletters@yahoo.com
Comparte
Siguenos en Redes Sociales
El Aviso Magazine El Aviso Magazine El Aviso Magazine