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Festejos de fin de año: ¿conflictos en puerta?

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Aunque tu sensibilidad esté a flor de piel… ¡contrólate!

Por Mari Lau

Hola amiga, ¿Ya lista con tu cafecito para nuestra charla?… Llegaron la temporada de frío y de fiestas y la sensibilidad empieza a jugarnos malas pasadas: la ansiedad que generan los preparativos y la organización de los encuentros nos estresa, nos angustia, y se multiplican las ganas de fuga. Y para empezar, El día de Acción de Gracias se celebrará ‘en casa’… ¿Por qué no se quitarán del calendario estas fechas?,  tal vez te has preguntado. Y como eso nunca va a suceder, te propongo que las enfrentes de la mejor manera como toda una experta sin que nadie note tu presión, estrés o tristeza.

   Cuando se acercan las fiestas de fin de año la sensibilidad se pone a flor de piel. Y es frecuente que afloren problemáticas que permanecen latentes el resto del año.

  Es una época en la que se cierran ciclos y se hacen balances, lo cual nos confronta con lo que se termina, con lo no resuelto y, también, con el recuerdo de quienes, por diversas razones, ya no están en nuestras vidas. Todo se tiñe de un sabor agridulce. Detrás del pretendido regocijo familiar existe un sutil dejo de melancolía.

  El Día de Acción de Gracias está asociado a la unión, el júbilo y el encuentro. Por eso, la soledad, los conflictos familiares y otros sentimientos negativos provocan un malestar mayor y en medio de toda esta movilización emocional, las altas expectativas que promueve el festejo vienen a poner su broche de oro y no son pocos los que quedan al borde del estallido.

  A su vez, los nuevos formatos de familia suelen aumentar la conflictiva. Padres separados con hijos adultos que, a su vez, tienen parejas cuyos padres están también separados y han formado nuevos grupos familiares, peleas familiares, y hasta el distanciamiento con los hijos. ¿Cómo congeniar con todos? ¿Cómo repartirse? ¿Con quién pasar esa fecha? Cualquier elección deja afuera a personas significativas y genera desagrado.

  El principal conflicto se plantea cuando intentamos forzar las cosas tratando de reunir a todos los que, creemos, deberían estar allí. En estos casos es inevitable que se produzca cierto grado de tensión porque cada uno tiene su propia versión del 

           problema y de quiénes tendrían que estar  incluidos en la celebración y quiénes no.

   Solemos ocuparnos con esmero del menú o de cómo adornaremos la mesa y que si todos los invitados se sientan cómodos en casa, postergando a veces algunas cosas importantes: lo central es estar a gusto y pasarlo bien, del modo que decidamos y con quienes elijamos estar.

  Lo positivo es que se trata de una fecha estipulada con antelación y eso nos permite aplicar nuestros mecanismos de prevención para buscar soluciones anticipadas a los problemas que, ya sabemos, se presentarán. Nuestro bienestar emocional depende de ello.

  La clave está en no complicarnos innecesariamente, conectarnos con nuestro genuino deseo y tratar de llegar a un equilibrio entre nuestro estado de ánimo y el de los seres queridos, algo que puede lograrse mediante negociaciones que satisfagan en alguna medida a las partes implicadas. Si estos acuerdos no son posibles, lo más sano es abstenerse de participar en reuniones que serán, seguramente, pasaporte a nuevos conflictos.

  Por lo que te propongo que si crees que esto puede suceder en tu caso, le propongas a tu pareja un pequeño viaje con tu familia, puede ser la excusa ideal para alejarnos. Nos sentiremos menos culpables y atenuaremos los reproches de los que quieren jugar a la familia perfecta. Es en general comprensible si no estamos para esa fecha porque hemos decidido aprovechar los feriados para tomarnos unos días de descanso.

   Estás todavía a tiempo de organizar una salida, algo diferente y empezar a cambiar la historia de las fiestas conflictivas. El hacer algo diferente con tu pareja te puede regalar un día de Acción de Gracias saludable, poniendo en orden nuestros sentimientos y pensamientos. Sin duda esta decisión aumentará nuestro propio bienestar.

  Inténtalo, estoy segura que es la mejor opción para alejarte de la gente negativa, aunque por desgracia sea tu familia, de los conflictos, en pocas palabras, de todo aquello que puede traer a tu vida un mal sabor de boca. 

  No me queda más que desearte un muy feliz Día de Acción de Gracias, y en este caso quiero agradecer que me hayas acompañado todo este año, esperando que sigamos compartiendo nuestra tacita de café y conversando entre amigas como hasta ahora, Gracias!

 

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