Es difícil de creer que una persona se comporte con tanta crueldad hacia un animal, como lo hizo Christopher Dillingham, de 45 años de edad, de Skamania, Washington, quien ató al cuello de la mascota un artefacto explosivo y lo detonó… EN SERIO!
Como era de esperarse, hizo demasiado ruido, así que los vecinos alertaron a la policía. Cuando llegaron al lugar de los hechos sólo encontraron a Christopher, en su patio trasero, rodeado de los pedazos del animal.
Este animal de dos patas dijo que lo hizo porque solo así acabaría el sufrimiento de la mascota, porque según él, desde que se lo regaló su ex-novia, el perrito ya traía el diablo adentro.
Las autoridades lo detuvieron por conducta imprudente y posesión de explosivos, pero no será juzgado por crueldad animal, ya que en ese país es necesario presentar pruebas del sufrimiento de las mascotas. ¡Una vergüenza!
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