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La “adorable narcotraficante” que es hija de un agente de la DEA

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B. Marrant


La chica que mira a la cámara con una sonrisa angelical no es una joven cualquiera. Se llama Sarah Furay y tiene 19 años…

Para empezar, la foto ha sido tomada en la cárcel del condado Brazos, en Texas, a donde fue conducida tras su arresto. Ha sido bautizada como “la foto de arresto más feliz de Estados Unidos” y “adorable narcotraficante” en algunos medios de prensa.

La policía de College Station la detuvo el 6 de noviembre, después de obtener una orden para registrar su apartamento. De acuerdo con el reporte policial, los agentes encontraron más de 31 gramos de cocaína empaquetada, 126 gramos de marihuana de alta calidad, 29 tabletas de “éxtasis”, metanfetamina y 60 dosis de un medicamento similar al LSD.

Hallaron además dos pesas digitales y un menú con los precios de las drogas, escrito de su puño y letra. Pero no es sólo la sonrisa angelical lo que llama la atención sobre Sarah Furay, sino también su origen, pues es hija nada más y nada menos que de un agente especial de la Agencia Antidrogas, DEA, llamado Bill Furay.

Según el blog Death and Taxes, Furay actualmente trabaja como agregado diplomático de la DEA para el embajador de Estados Unidos en la Ciudad de Panamá, y anteriormente fue agente residente a cargo en la oficina de la DEA en Galveston, Texas.

La madre, Shawn Creswell, es directora de la escuela primaria Tough Coulson en The Woodlands, Texas, y ha trabajado durante 20 años en el sector de la educación.

Los padres están divorciados pero tienen una buena posición, lo que hace cuestionarse los motivos de la joven para participar en el tráfico de drogas.

Algo más que llama la atención en su caso es el hecho de que Furay salió en libertad con una fianza bastante baja para los delitos que enfrenta, de 39,000 dólares –se paga el 10%, o sea, 3,900 dólares-, lo cual ha hecho a mucho cuestionarse si está recibiendo un tratamiento especial a causa de la posición de su padre en la DEA.

“Tener una mamá y papá con posiciones bien establecidas dentro de los departamentos de aplicación de la ley y educación ciertamente no hace daño cuando se trata de sacar tu c%$#&* traficante de drogas de la cárcel”, comentó el blog.

El hecho de que la madre trabaja en el distrito escolar de Texas sirve como argumento a los abogados para alegar que la joven no huirá de la justicia.
Pero volvamos a la ya famosa sonrisa de Sarah Furay, que también ha sido objeto de debate y análisis. En un artículo en The Daily Beast titulado “Cuando las niñas blancas venden drogas, salen libres”, Abby Haglage apuntó a un posible doble estándar y se preguntó si la reacción a la foto en la ficha policial de Sarah Furay habría sido la misma si ella no fuera blanca.

“En los días posteriores a su arresto, varias organizaciones de noticias publicaron historias más centradas en su ‘sonrisa fotogénica’ que en sus delitos”, comentó Haglage. “En lugar de un acto criminal, su delito fue calificado de “enfoque empresarial para evitar la deuda de préstamos estudiantiles”.

Death and Taxes, el medio que primero llamó la atención sobre Furay y su sonrisa, se disculpó por la ligereza.

No es para menos. Debido a la cantidad de marihuana que le hallaron, Sarah Furay podría enfrentar hasta dos años de cárcel y 10,000 dólares en multas. Pero también tiene dos cargos de delito grave en primer grado y un cargo de delito grave de segundo grado por la fabricación y entrega de una sustancia controlada. Si es declarada culpable de las tres acusaciones, podría cumplir una sentencia de 215 años de prisión y hasta 30,000 dólares en multas.

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