“Ya somos muchos en el planeta y la población sigue creciendo, por lo que también crece el uso de los recursos y, como consecuencia, se generan cambios ambientales de todo tipo. Además, si tenemos en cuenta que hemos adquirido una gran capacidad de usar la energía y los recursos, significa que estos cambios son cada vez más importantes, hasta el punto que estamos utilizando más de lo que este planeta está produciendo. Como consecuencia, generamos problemas ligados al cambio global”, señala Josep Peñuelas Reixach quien es investigador, biólogo, farmacéutico, programador y analista de la Universidad Autónoma de Barcelona, España.
El biólogo explica también que parte de la investigación que está realizando su equipo es para mejorar la situación climática de nuestro planeta y el origen de la misma.
Sobre los pactos y convenios internacionales que se están subscribiendo para frenar esta destrucción, argumenta Peñuelas: “Aunque estoy convencido que estamos llegando un poco tarde a ellos, pero aún así, creo que estos son mejor que nada, sobre todo porque son pactos no suficientemente efectivos y no demasiado rigurosos”.
“Trabajamos intensamente para saber cómo utilizar los recursos nutricionales e hídricos fundamentales para que la fertilización carbónica de la tierra (o abonado con CO2, causante del calentamiento global) sea más efectiva. Con el objeto de que haya menos CO2 en el aire y, por consiguiente, que haya menos calentamiento”.
Otra de las investigaciones del equipo de Peñuelas es “el uso más racional de la agricultura en el mundo, de forma que no sea necesario expandirse hacia zonas naturales. Hay que tratar de producir lo mismo o un poco más, sin problemas de contaminación y sin ocupar los espacios naturales”.
“Porque si deforestamos continuamente nos vamos a quedar sin esos bosques que tienen unos servicios ecosistémicos fundamentales, no solo con respecto a la biodiversidad, sino también asociados al propio clima global y al ciclo del agua y los nutrientes”.
“Hemos mejorado -continúa Josep Peñuelas- en la forma en que detectamos, a través de imágenes de satélites, cómo está funcionando la biósfera. Gracias a ese esfuerzo muchos investigadores, entre los cuales se encuentran nuestro equipo, hemos logrado detectar cómo está funcionando la vegetación en el mundo. “En cuanto a la contaminación atmosférica, estudiamos el aumento de los compuestos orgánicos volátiles (COV), que afectan, tanto a la calidad del aire como al clima y, por tanto, a la salud humana”.
“También hemos promovido la utilización de satélites para detectar los millares de compuestos que emiten las plantas, para saber: en qué cantidad, qué funciones biológicas tienen y qué problemas ambientales generan. Con el objetivo de interpretar todas esas emisiones como un lenguaje químico, mediante el cual las plantas se comunican, tanto con las otras plantas, como con los animales y los microorganismos”.
El biólogo Josep Peñuelas Reixach y su equipo se han volcado en realizar estos estudios para -como él admite- “comprender nuestro entorno, cómo funciona la vida y el planeta, y en utilizar este conocimiento para que la sociedad tenga un desarrollo más sostenible. Nos preocupa esencialmente la seguridad alimentaria y la salud de la sociedad humana”.
Por ISABEL MARTÍNEZ PITA // EFE/REPORTAJES
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