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Cuando pensamos en la nieve, nos vienen a la cabeza imágenes de un blanco inmaculado, pero un fenómeno, llamado ‘watermelon snow’ la transforma de un color rosa chillón. ¿Una buena noticia? No, porque hay una microalga que está afectando de manera decisiva en este proceso…
Recibe el nombre de Chlamydomonas Nivalis y hay varios millones de ejemplares por cada centímetro de nieve. Sus esporas, de color entre el rojo y el naranja, dan lugar a floraciones que tiñen el manto blanco de rosa.
¿Cómo afecta la microalga? Hace que la nieve se derrita más rápido y a su vez al estar el agua más acuosa atrae con más fuerza a estas algas. Por tanto, la plaga sigue creciendo y fenómenos como el cambio climático lo único que hacen es acelerar el proceso.
Groenlandia, Noruega, Islandia o Suecia ya lo están sufriendo, pero los estudios muestran que el futuro va a ser peor. Y es que el ser humano tiene que acabar con la contaminación para evitar que estas microalgas se adueñen de la nieve.
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