La Unesco adoptó en Lima el nuevo plan de acción para la Red Mundial de Reservas de la Biosfera, compuesta por 651 áreas naturales de 120 países, en un documento que impulsa esos espacios como motor para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible de 2030 y para la lucha contra el cambio climático.
El Plan de Acción de Lima, aprobado en la conclusión del cuarto Congreso Mundial de las Reservas de la Biosfera, será durante los próximos diez años la guía de la estrategia y las acciones que emprenda el Consejo Internacional de Coordinación del Programa el Hombre y la Biosfera (MAB, por su sigla en inglés) de la Unesco.
La declaración invitó a los participantes del congreso a usar estas reservas como sitios prioritarios para la observación de la conservación de la biodiversidad y de sus ecosistemas, así como para realizar seguimientos a las consecuencias del cambio climático, incluida su mitigación y adaptación.
El plan instó a emprender estrategias de conservación de las reservas de la biosfera con las comunidades locales, científicas, juveniles, nativas y también con el sector privado.
Como muestra de las iniciativas privadas, el presidente de la empresa española Abertis, Salvador Alemany, intervino en el último acto del congreso para presentar el Centro Unesco para las Reservas de la Biosfera Mediterráneas, creado en 2014 entre la Unesco y la Fundación Abertis.
El Plan de Acción de Lima también invitó a los miembros del congreso a incrementar el número de reservas de la biosfera y crear reservas trasnacionales, compartidas por varios países, “particularmente en países en desarrollo”.
La primera reserva de esas características que se propondrá será una entre Perú y Ecuador, que abarcaría la Reserva de Biosfera Noroeste de Perú y la Reserva de Biosfera del Bosque Seco del Sur Andino de Ecuador, además del Santuario Nacional Los manglares de Tumbes, en territorio peruano.
Durante las discusiones del congreso también se sugirió la posibilidad de crear una reserva denominada selva maya entre México, Guatemala y Belice, cuya extensión sería de tres millones de millas cuadradas.
El congreso fue clausurado por el ministro peruano del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal; el presidente del consejo ejecutivo de la Unesco, Michael Worbs; la subdirectora de ciencias naturales de la Unesco, Flavia Schlegel, y el presidente del Consejo Internacional de Coordinación del MAB, Sergio Guevara.
Worbs valoró que el cuarto Congreso Mundial de las Reservas de la Biosfera fue el de mayor asistencia y que sus resultados refuerzan lo avanzado en las anteriores reuniones de Minsk (1984), Sevilla (1995) y Madrid (2008).
El presidente del consejo ejecutivo de la Unesco afirmó que el Plan de Acción de Lima es “una oportunidad para posicionar al Programa el Hombre y la Biosfera junto a los objetivos de desarrollo sostenible para 2030”, adoptados el año pasado en el marco de las asambleas de las Naciones Unidas.
Schlegel, por su parte, aseguró que el mensaje de la declaración de Lima “es muy poderoso” y brinda un “instrumento vivo” que debe traducirse en acciones concretas para alcanzar los cambios esperados en nuestro entorno.
Pulgar-Vidal coincidió en valorar los avances logrados en el congreso pero destacó que todavía hay retos como lograr que las reservas de la biosfera sean el elemento central de desarrollo de las comunidades locales y conseguir que todos los países de las Naciones Unidas tengan reservas de la biosfera en sus territorios.
Tras el congreso, mañana se inaugurará en Lima la vigésimo octava reunión del Consejo Internacional de Coordinación del Hombre y la Biosfera, para comenzar a poner en práctica el nuevo plan de acción adoptado.
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