La urraca ladrona

Doña Urraca es muy querida por muchos ya que tiene un carácter simpático y sociable. Sus amigos: Chorlito, Patita, doña Tortuga, Osita, Pepe el Avestruz, entre otros, son muy fieles a ella a pesar de que todo el tiempo les está jugando bromas pesadas, y tomándole el pelo a todo aquel que se deja.
Todo en ella sería perfecto si no fuera porque tiene una fea costumbre: robar. Según ella lo hace con el único fin de demostrar sus habilidades, pues no es una persona necesitada ya que pertenece a una familia adinerada. Además dice disfrutar mucho de la cara de susto que ponen sus víctimas.
Su estrategia siempre suele ser la misma es por eso que muchos ya conocen sus trucos. Aun así no deja de sorprender, basta con que ponga la mano en el hombro de alguien para que dé por perdido su reloj, su collar u otros objetos de valor.
Todos sus amigos conocen de sobra su vicio y quisieran quitárselo. Se les ocurre una idea al percatarse como doña Urraca se dispone a “limpiar” al apacible don perro Dogo de un maletín lleno de joyas.
Con un fino cordel atan el maletín en peligro a la pata de su propietario quien duerme bajo un árbol tranquilamente.
Cuando doña Urraca, con pícara sonrisa, tira con suavidad del maletín apetecido, despierta sin más remedio a don perro quien, furioso, le propina una monumental paliza. Pueden estar seguros de que doña Urraca nunca más volverá a “gastar una pequeña broma”, a nadie.