Existen muchas personas que presumen de todo, que tienen esto, que saben aquello, que bla, bla, bla, es decir, se dan aires de las sabelotodo.
Pero lo que realmente tienen estas personas es un gran complejo de inferioridad que las hace presumir de cosas que muchas veces carecen. Por lo tanto, en vez de dar un aspecto inteligente demuestran poca integridad humana y prepotencia.
Un buen ejemplo de esto sería Doña Liebre quien día y noche hablaba de lo mucho que sabía y de los títulos o carreras universitarias que poseía. Doña Zorra, su humilde amiga sólo la escuchaba con paciencia y serenidad.
– ¡A veces ni yo misma puedo creerlo! He estudiado las carreras de Ingeniería, Farmacia, Arquitectura, Jardinería y Biología –dijo doña Liebre, con gesto presuntuoso.
— ¿Y sabes mucho de cada una? — le preguntó doña Zorra, con naturalidad.
– ¡Oh!, claro…, ¡desde luego! Las domino por completo –respondió doña Liebre, con grandes vacilaciones.
— Me parece que no, bonita – le contestó doña Zorra, con aire inteligente-. El que mucho abarca poco aprieta. Yo solamente me he dedicado a la Medicina, y estoy segura de que sé tanto de esta carrera como tú de todas las demás juntas.
Doña Zorra había dado en el clavo.
Amigos, nunca hagan caso de quien presume de cosas que al escucharlas se oyen tontas y presuntuosas. Pero tampoco se nieguen a escucharles, pues aún de personas así algo bueno aprenderán y de paso descubrirán quiénes son verdaderamente sinceros y honestos.
Moraleja: El que honesto suele ser sus amistades siempre verá crecer
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