EFE
La ley de muerte asistida de California entró en vigor hoy en un contexto de fuerte debate que enfrenta a las organizaciones a favor de los derechos de los enfermos terminales ante los grupos de oposición a esta disposición legal, entre los que destaca el rechazo de la Iglesia católica…
Con esta ley, que autoriza que los enfermos terminales puedan recibir ayuda médica para morir por voluntad propia, California se convirtió en el quinto estado del país en legalizar la muerte asistida, por detrás de Oregón, Washington, Montana y Vermont.
Aunque la ley ABX2-15, conocida como ley de Opciones al Final de la Vida, fue firmada en octubre por el gobernador de California, Jerry Brown, no entró en vigor hasta hoy.
“No sé lo que haría si estuviera muriéndome de forma prolongada y con un dolor insoportable. Estoy seguro de que, sin embargo, sería reconfortante poder considerar las opciones que permite esta propuesta. No les negaría ese derecho a otros”, afirmó el gobernador cuando dio su visto bueno a la normativa.
La ley incluye mecanismos de control para la asistencia en la muerte voluntaria, como el requisito de solicitar la ayuda médica oralmente en dos ocasiones, con un plazo mínimo de quince días entre una petición y otra, y una obligación adicional por parte del enfermo terminal de requerir el tratamiento por escrito en presencia de dos testigos.
Las organizaciones en favor de los derechos de los enfermos terminales, que han llevado a cabo una intensa campaña para lograr la aprobación de una ley de muerte asistida en California, saludaron su entrada en vigor.
“Mañana (por hoy) es un día monumental para los californianos que sufren alguna enfermedad terminal. Muchos californianos con enfermedades terminales pasaron sus últimos meses de vida abogando por esta opción, que finalmente es una realidad”, dijo el miércoles en una nota el director en California de Compassion & Choices, Matt Whitaker.
En cambio, diferentes voces expresaron su rechazo a la ley californiana, entre las que destacó la contundente oposición de la Iglesia católica.
“Con la nueva ley de ‘Opciones al Final de la Vida’ (End of Life Options) estaremos cruzando una frontera: de ser una sociedad que se preocupa por aquellos que están envejeciendo y están enfermos, a una sociedad que mata a aquellos cuyo sufrimiento ya no podemos tolerar”, señaló el miércoles en un comunicado el arzobispo de Los Ángeles, José H. Gómez.
“Nuestro gobierno nos dice que el conceder el derecho a elegir una muerte prescrita por el médico es algo compasivo (…) pero matar no es preocuparse por la persona. La verdadera compasión significa caminar con los que están sufriendo, compartiendo su dolor, ayudándoles a sobrellevar sus problemas”, añadió Gómez, quien instó al personal médico a acogerse a la objeción de conciencia.
Asimismo, la Fundación por la Defensa Legal de la Vida presentó una demanda en contra de la nueva ley, por considerar que elimina de inmediato las protecciones legales y penales sobre “el abuso de mayores” y los derechos “de cualquier individuo considerado como enfermo terminal, a pesar de la inherente incertidumbre y frecuentemente imprecisa naturaleza de ese diagnóstico”.
Otro foco del debate se dirigió hacia la puesta en práctica y el desconocimiento del personal médico acerca del texto legal.
En este sentido, un análisis de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) alertó en mayo de la existencia de “un vacío de información” entre los profesionales de la salud acerca de esta medida.
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