EFE
Los hispanos son uno de los grupos poblacionales en EE.UU. más afectados por la brecha digital, la que tanto el Gobierno como las principales compañías proveedoras de servicios de internet aspiran a reducir por medio de diferentes iniciativas…
Así quedó de manifiesto cuando esta semana el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) de EE.UU y la compañía de telecomunicaciones Comcast pusieron en marcha una iniciativa piloto para cerrar la brecha digital entre los residentes de viviendas públicas de cuatro áreas geográficas.
De acuerdo a un estudio de 2013 de la oficina del Censo de EE.UU., un 76,2 % de hogares de familias anglosajonas tenía acceso a internet de banda ancha, pero en el caso de los hogares hispanos esa cifra desciende a 65,9 %, por encima de los afroamericanos.
En ese sentido, el secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, Julián Castro, señaló que el objetivo del programa desarrollado en conjunto con la firma de telecomunicaciones es lograr “condiciones de igualdad para los residentes de viviendas públicas de todo el país”.
La agencia federal se unió para este fin a Comcast, que en 2011 inauguró Internet Essentials, un programa de acceso a internet de alta velocidad para hogares de bajos recursos y que ya ha conectado a cerca de 2,4 millones de estadounidenses, un número que equivale a 600.000 familias, y que cuenta con hasta un 60 % de usuarios hispanos.
Según reveló a Efe Nicolás Jiménez, gerente senior de Internet Essentials, los latinos es uno de los colectivos “más afectados por la brecha digital”.
“Un cuarto de las viviendas en EE.UU. no tiene internet en casa y esto crea situaciones desventajosas”, en especial para los hispanos y hogares de bajos recursos, señaló el ejecutivo.
Según un informe de 2013 del centro Pew Research, más del 90 % de hogares con un ingreso promedio anual de 100.000 dólares tienen conexión a internet de banda ancha, mientras que en el caso de viviendas con un ingreso medio entre 10.000 y 20.000 dólares anuales solo un 54 % cuenta con ese tipo de conexión.
En el último grupo se hallan los residentes de vivienda pública, que deben tener un ingreso medio de 14.000 dólares anuales, y son en datos como estos en donde “claramente se ilustra la brecha digital”, de acuerdo a Jiménez.
Con miras a enfrentar esta situación, en julio de 2015 la Administración de Barack Obama inició el programa ConnectHome, con el que junto con el sector privado quiere “expandir la conexión a internet de banda ancha a más familias a lo largo del país”.
La iniciativa se lanzó en 28 comunidades y abarcó un espectro de cerca de 275.000 hogares de bajos ingresos, en los que residen unos 200.000 menores de edad, uno de los principales focos de la Casa Blanca a la hora de facilitar el acceso a internet.
En el marco del lanzamiento del programa piloto, hecho en Miami, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano destacó que entre los años 2009 y 2014 los proveedores de servicio de banda ancha de internet realizaron “inversiones de capital por el valor de más de 422.000 millones de dólares”.
No obstante, aunque dos tercios de los hogares de bajos ingresos en EE.UU. cuentan con una computadora personal, menos de la mitad están suscritos a un servicio de internet, según la agencia federal.
En el caso de los hispanos, datos de la oficina del Censo reflejan que un 79,7 % tienen una computadora en casa, pero solo un 66,7% usa internet, es decir por debajo de la media global de 74,%.
David Cohen, vicepresidente ejecutivo senior y director de Diversidad de Comcast, manifestó que “el acceso a internet en el hogar es esencial para triunfar” en el actual contexto digital y, por ello es una “cruel ironía” que las familias de bajos ingresos no estén conectadas a internet.
La fase inicial del programa a favor de los residentes de viviendas públicas se desarrollará en el condado Miami-Dade y las ciudades de Nashville (Tennessee), Filadelfia (Pensilvania) y Seattle (Washington).
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