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Mami… ¿Cómo se hacen los niños?

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“Para hacer un niño, hacen falta dos personas, un hombre y una mujer. Tu mamá y tu papá”

 La mayoría de los padres nos ponemos nerviosos cuando nuestro pequeño se acerca y pregunta: “Mami, ¿cómo se hacen los niños?”. La situación es embarazosa, no se sabe qué contestar, y en la mayoría de las ocasiones tienden a evitar el interrogante (“cuando seas más mayor lo entenderás. Ahora eres demasiado pequeño, etc”) o a contar cosas como “Papá le ha puesto una semillita a mamá y…”.

   Al respecto,  Ana Westley en su libro: “Cómo se hacen los niños”, sugiere cómo abordar el tema y mejor aún, cómo explicárselo a un pequeño, utilizando más o menos las siguientes palabras: “Para hacer un niño hacen falta dos personas, un hombre y una mujer, como tu mamá y tu papá… Para hacer un niño, la semilla del hombre tiene que encontrar el óvulo que ha salido del ovario de la mujer y…. (la explicación sigue)

 Con palabras sencillas y claras, la autora explica de manera natural y sin tapujos, pero de acuerdo a la edad del niño, lo que es el acto sexual. 

   Antes de los cinco años, los niños tienden a centrarse en su propio mundo, descuidando su medio ambiente. Pero, según el psicólogo infantil Erick Erickson, a partir de los 5, empieza su formación y desarrollo, por eso, para este psicólogo, esta etapa es de suma importancia y es el momento en que los padres deben aprovechar para lograr en la medida de lo posible, la mejor educación sexual; porque en este momento surgen numerosas interrogantes y las dudas sexuales, obviamente están en los primeros lugares. Generalmente es el propio niño quién toma la iniciativa en sus dudas. 

   Otras de las interrogantes iniciales que se hacen es acerca de sus órganos genitales, sobre las diferencias entre los niños y las niñas. Y cuando el niño, asombrado por esas diferencias le pregunta a sus padres de dónde provienen los niños, es ahí que los padres no debieran responder con evasivas ni escandalizarse ante las primeras manifestaciones eróticas que experimentan los niños. 

  Varias investigaciones han demostrado que durante el baño, empiezan a sentir sensaciones satisfactorias o pueden ser sorprendidos tocándose sus propios órganos sexuales y ante este hecho, los padres se escandalizan, se preocupan.  Osho, uno de los pensadores más grandes de la India, señala en su obra: “El Libro del niño” que cuando un pequeño nace, tocarse el cuerpo es la manera más natural y espontánea de reconocerse, de valorarse; porque se sumerge en un periodo narcisista y ama inmensamente su cuerpo. Es así que tocarse los órganos sexuales, le provoca un gran placer. 

  “El niño juega con sus órganos sexuales sin saber que son órganos sexuales y es que éstos son la parte más sensible de su cuerpo.” Es preciso que los padres no se sorprendan con estos acontecimientos; porque entre los 3 y 6 años empieza la curiosidad sexual. Si se censura y castiga, generaríamos sentimientos de rechazo, culpabilidad y temor hacia su vida íntima. 

 Como de hecho no es malo que él niño se toque, no debemos regañarlo, ni basemos nuestra educación en torno al “qué dirán los demás”. Siempre pensemos lo mejor para nuestro hijo. Lo que podemos hacer es estimularlos en otras actividades, para distraer su atención, en otros intereses. 

  Con relación a las preguntas sobre cómo nacen los niños o cualquier otra de índole sexual, los padres deben prestar la máxima atención. Nunca respondan: “esas cosas no te interesan” o “estás muy pequeño para saberlo”. Nuestras respuestas deben ser claras, sencillas. Así mismo, cuando hablemos sobre los órganos genitales, siempre debemos utilizar los nombres científicos, como son el pene y la vagina. 

  Por otro lado, se ha discutido mucho si es conveniente que los niños vean desnudos a sus padres. En la actualidad se considera que el desarrollo adulto de los órganos sexuales, puede generar ansiedad, pudiendo ser una imagen perturbadora y negativa al compararlos con sus propios órganos; pero si los niños descubren casualmente desnudos a sus padres, estos no deben ocultarse como si escondieran algo malo. Si el niño a partir de ese momento empieza a formularle algunas preguntas, es el momento oportuno para empezar a responder con naturalidad. La sexualidad debe dejar de ser un tema tabú, porque ella forma parte de la vida y la armonía del ser humano desde que nace. Por eso, introducir a los niños en los misterios naturales de la vida, es un reto maravilloso y no debemos privar a nuestros hijos de explicaciones claras, sencillas y honestas! -•-

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