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MESA Y ARCE, DIGNA FINAL PARA BOLIVIA

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Faltan un poco más de dos meses para que los bolivianos puedan enmendar los problemas que empañaron las elecciones del año pasado. El resultado de esas elecciones produjo la movilización social de fuerzas opositoras al evismo y una subsecuente crisis política que terminó con la fuga improvisada del presidente boliviano.

Al final, el estado de derecho se impuso al estado de guerra. Sin embargo, el restablecimiento total del orden social y político todavía está inconcluso hasta que un nuevo gobierno democrático sea instaurado después de las nuevas elecciones presidenciales que se llevarán a cabo el 3 de mayo.

Las encuestas recientes de la agencia Ciesmori manifiestan, por sí solos, la incertidumbre que acosa al sistema político boliviano y la desconfianza de los votantes hacia sus líderes. Casi la mita (un 45%) de los encuestados no sabe exactamente por quién votar. Sin embargo, 31,6% ya decidió apoyar la candidatura de Luis Arce, candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS). La Alianza Ciudadana (CC) de Carlos Mesa obtuvo 17,1% y la actual gobernante Jeanine Áñez tiene 16,5% del voto nacional. Hay otros candidatos que sumaron entre 1% y 9% de apoyo.

Si las elecciones se llevaran a cabo hoy, el MAS tendría una mayoría en el Congreso, aunque todavía está incierto si vuelven al poder. Pero lo más probable es que tienen un puesto asegurado para la segunda vuelta. Ahora falta saber si va ser Mesa o Áñez el contrincante de Arce.

Cualquiera de los dos va a ser un rival duro para las pretensiones del candidato del MAS.

Inicialmente, Jeanine Áñez ha demostrado tener carácter al frente del gobierno, pero también se desvirtuó con un gran sector del electorado boliviano debido a que abandonó su promesa de mantenerse al margen de las elecciones de mayo.

A pesar de que no es considerada ilegal su candidatura, el hecho de participar en estas elecciones ha mancillado la confianza en ella del pueblo boliviano hacia su persona. Debería mantenerse neutral y cumplir su interinato. El oportunismo, el populismo y otros males asociados a los presidentes bolivianos terminó con contagiarla.

En tal sentido, la segunda vuelta ideal sería entre Mesa y Arce. No importa quién resulte ganador, lo importante es que el vencedor gobierne en pro de los intereses del pueblo boliviano y no de los caprichos de su partido político.

Humberto Caspa, Ph.D., es profesor e investigador de Economics On The Move. E-mail: hcletters@yahoo.com

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