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Michoacán: cómo se convirtió un violento estado de México en el principal productor mundial de aguacate

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BBC Mundo
Juan Paullier

Le llaman el oro verde y para el estado mexicano de Michoacán, de clima templado y suelo fértil, es fuente de riqueza. De allí salen la mitad de los aguacates que se consumen en el mundo…

Las exportaciones crecieron casi 240% en los últimos cinco años y los responsables de este auge están del otro lado de la frontera.

La devoción de los estadounidenses por el producto ha hecho romper todos los récords de producción, exportación y consumo.

Desde Michoacán, único estado mexicano autorizado a exportar a Estados Unidos, salen ocho de cada diez aguacates consumidos en ese país.

“Creo que es la fruta de moda”, reconoce el ingeniero José Armando López Orduña, director general de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (Apeam).

Si en los noventa un estadounidense en promedio comía medio kilogramo de aguacates al año, en los últimos años la cifra se disparó a los casi 2,5kg.

Son unos 4.250 millones de aguacates en total, el doble que en 2005 y cuatro veces más que en el 2000.

Las exportaciones de aguacate crecieron casi 240% en los últimos cinco años y los responsables de este auge están en Estados Unidos.

El lugar ideal

La clave de que Michoacán, donde la superficie sembrada de la fruta creció dos terceras partes en los últimos 15 años, sea la capital mundial del aguacate pasa por una variedad de factores.

“Un muy buen clima durante todo el año, buena distribución de las lluvias y los productores han mejorado sus prácticas agrícolas”, explica López Orduña.

“Es el único lugar del mundo donde el aguacate tiene hasta cuatro floraciones al año (cuando lo usual es una al año o hasta dos). Por eso es que uno de nuestros eslóganes es Always in season (Siempre en temporada)”.

“Creo mucho en el tema del terroir (las características particulares de un tipo de suelo)”, apunta el productor Carlos Genel García, cuyo emprendimiento familiar de más de 40 años, Manantial Las Amapolas, cuenta con unas 300 hectáreas donde se emplean a cerca de 100 personas.

“El suelo volcánico, todos esos minerales en la zona hacen que el aguacate tenga características únicas”, dice.

La clave, señala, pasa por “la calidad del producto”. “Entre más se le investiga, más bondades se le encuentran”, sostiene.

Ello ha repercutido en que desde que se levantaron las restricciones para su exportación en Estados Unidos el crecimiento ha sido exponencial.

Los productores agrupados en Apeam, ahora más de 15.000 junto a 41 compañías empacadoras, pasaron de exportar 6.000 toneladas en la cosecha 1997-1998 a casi 800.000 en el último año, un nuevo récord, sólo a Estados Unidos, con un valor cercano a los US$1.500 millones.

A los otros dos grandes mercados, Canadá y Japón, llegaron 150.000 toneladas.

El fin de la prohibición

Estados Unidos prohibió la importación del aguacate mexicano entre 1914 y 1997.

Tres años después de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés), los estadounidenses todavía se escudaban en an una supuesta contaminación del producto por la mosca de la fruta, mientras que los mexicanos veían a las restricciones como competencia desleal.

Y el levantamiento de la prohibición se dio poco a poco: hasta 2004, los aguacates mexicanos podían ingresar a 31 estados y sólo durante los meses de octubre a abril.
Al año siguiente lo pudieron hacer durante todo el año en todos los estados del país con excepción de California y Florida (los principales productores en EE.UU.) y Hawái. Y recién en 2007 se aprobó la importación durante todo el año en todos los estados.

Y eso desembocó en el auge actual.

“Con el tiempo ayudó la presencia de los migrantes latinos que estaban acostumbrados al consumo del aguacate y de alguna manera el fútbol americano adoptó el aguacate, con el guacamole, como la fruta con la que hay que compartir ese evento”, dice el director general de Apeam.
Varias décadas atrás el aguacate era una fruta cara y vista casi como un alimento extravagante, pero la penetración de la fruta en el mercado ha sido tal que los estadounidenses no imaginan un Super Bowl –de lejos el evento deportivo más popular del país– sin un poco de guacamole.

Cada primer domingo de febrero, día de la final de la National Football League, se ha convertido en el momento del año en que más aguacate se consume en el mundo: más de 160 millones de aguacates.

El evento tiene el minuto de publicidad más caro del planeta y una de las estrellas el año pasado fue, precisamente, un comercial de aguacate.
La llegada de Jalisco

Se espera que Michoacán, único estado del cual EE.UU. acepta la importación y que aglutina el 80% de la producción mexicana, empiece a encontrar competencia.
Image copyright Getty Images
Image caption Michoacán es el único estado que puede exportar a EE.UU. pero se espera que Jalisco lo pueda hacer próximamente.

La exportación directa de aguacate de Jalisco es inminente, de acuerdo a declaraciones la semana pasada de autoridades de ese estado, que aseguraron que ya cumplieron con los requisitos sanitarios impuestos por el Departamento de Agricultura de ese país (USDA, por sus siglas en inglés).

Jalisco ya cuenta con casi 9.000 hectáreas certificadas, frente a las más de 100.000 de Michoacán, y es el segundo en producción por delante del estado de México, Nayarit y Morelos.

Estos cinco estados concentran más del 95% de la producción mexicana.

Y aunque se espera que el Estado de México también obtenga la autorización estadounidense para exportar, nada indica que el reinado de Michoacán esté en riesgo.

La inseguridad

El 57% de la actividad económica de este estado proviene del aguacate y el negocio, asegura la Apeam, brinda 300.000 empleos directos e indirectos.

Pero Michoacán se ha visto afectada por la violencia: aquí fue la génesis del combate al narcotráfico emprendido por el presidente Felipe Calderón a fines de 2006.

Este territorio en la costa occidental de México es uno de los principales puntos de producción y distribución de drogas y en los últimos años han proliferado los secuestros y las extorsiones.

Aquí surgieron hace tres años los grupos civiles de autodefensa, para hacerle frente a los carteles, las que aseguran haberles devuelto de zonas de cultivo de aguacate a pequeños productores que las habían perdido a manos del narco.

A fines de 2015, ante la ola de violencia generada por los narcotraficantes, el gobierno envió a militares y agentes de la Gendarmería Nacional para asumir la seguridad en distintas localidades.

Para la Apeam, asegura su director, “todo está funcionando adecuadamente, después de los procesos que se tuvieron aquí (…) ha vuelto la tranquilidad, la producción nunca se vio afectada”.

Consultado sobre las extorsiones a los productores, Genel García asegura: “Eso ya tiene tiempo en que se oían algunos casos, eso ya también se escucha que ya no existe absolutamente nada”.

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