Qui’ooondaaa batos con músculos de acero, ¿cómo la están pasando durante estos días fresquecitos, bien y de pelos tiesos? -y ojalá que eso no sea lo único que se les entiese-, je, je…! y qué me dicen esas güerqui’as flaqui’as de boni’as pantorri’as (y todo en ‘ias’ pa’que rime) y cómo se les ha ido… lo que va del año, ¿bien y a todo dar? Espero que sí!
Güeno, pa’ no variar, qué tal si me dan chance de que les eche uno bueno… Siií!, claro, me refiero al chistorete, que el de hoy se llama “El Árbitro”, espero que les guste… ai’ les va:
Resulta que el muchacho se acaba de graduar, y como desde hace meses trae la hormona alborotada, pues se quiere casar, así que decidido se presenta ante el padre de su novia y con valor le dice:
_Señor, vengo a pedirle la mano de su hija porque nos queremos casar.
— ahh!, qué bien -dice el señor-. Y dígame con cuánto cuenta para el matrimonio.
_ Pues verá!; acabo de terminar la escuela y no he encontrado trabajo. Pero como uste’ tiene lana, pues espero me preste un dinerillo, pa’ empezar.
— mmm!, ¿y dónde piensan vivir? -pregunta el Sr-.
_ Pues verá! Como la recámara de Lolita, aparte de bonita es grandecita y como yo todavía no encuentro trabajo, pos pa’ empezar me voy a venir a vivir con ella.
… Y así, el muchacho sigue tratando de sablear a su futuro suegro. En eso entra su esposa y pregunta.
• ¿Qué hay de nuevo, mi amor?
— Pues nada, que aquí ‘el árbitro’ se quiere casar con la niña.
• ¿Árbitro??? y por qué le dices árbitro, amor?
Pues porque el muy k_borón… ¡lo único que quiere poner es el pito!!!
je, je… agüas con los árbitros, ehhh!
Y cambiando de tema y olvidándonos de esos árbitros que buscan ‘meter su golecito’, fíjensen que hace unas semanas escuche una conferencia súper recontra _ingona, en donde el conferencista daba pormenores de cómo ‘de la nada’ había hecho la fortuna que decía tener. De cómo había logrado que su empresa, pequeña en principio, ahora facturaba millones de dólares al año, etc., etc. Al terminar la conferencia, muchos nos acercamos al hombre para felicitarlo por su speech (discurso, pues) y mientras llegaba la siguiente conferencia, -estábamos en la Convención de Periódicos y Revistas-, varios de nosotros comentábamos acerca de lo impactante de aquel discurso y en eso una compañera dijo: “Pues lo único que no entendí, es cómo ganando tantísimo dinero, trae un traje como de 99 dólares, una corbata como de 10 y sus zapatos están tan desgastados del tacón…”
Hace unos días fui a una reunión de ‘Profesionistas en el extranjero’, son gente que en nuestros países de origen son o eran profesionistas, pero que aquí, por la razones que todos sabemos y entendemos, no ejercen sus profesiones (creo que hay otra u otras organización de este tipo en el Sur de CA), en fin, la neta es que no entendí porqué me invitaron, yo ni fu, ni fa, ni aquí ni allá, pero como de la gorra no hay quien corra, pos ai’ voy.
Y después del saludo, los tragos, las presentaciones y las presunciones, la encargada nos dio la bienvenida y pidió a un tal Juan Penas (seguramente uno de los promotores de la idea) que nos explicara el porqué y para qué estábamos ahí. El hombre empezó a hablar de todo un poco, pero también a echarse sus güayabazos (el clásico, yo, yo, yo y más yo)… Y mientras lo escuchaba, se me vinieron a la mente aquellas palabras de la compañera de la convención, así que desde mi lugar, empecé a ‘escanear’ al tipo… Y caí en cuenta qué lo que él decía y lo que mostraba, era muy diferente entre sí, y en aquellos momentos también recordé este dicho de mi abuela: “En la vida, el dinero, la educación y el amor, si se tienen no se pueden ocultar; pero cuando no se tienen, aunque lo grites, nunca los podrás mostrar”
Así que a mis cuatro o cinco leitores, yo les recomiendo que si tienen dinero, no lo presuman, simplemente disfrútenlo (aunque sin despilfarro, claro), que la gente se dará cuenta que lo tienen; Ah!, pero también se dará cuenta si solo son presumidos piojos resucitados.
Si tienen educación (que no es lo mismo que estudios escolares) no se pavoneen ni hagan alarde de ello, simplemente demuéstrenlo y la gente se dará cuenta que la tienen… ah!, pero claro, no anden contando chistoretes!, pa’que no se quemen.
Ahora que si tienen amor, pues vívanlo que todos a su alrededor (incluyendo a ella o él) se darán cuenta que sí hay… ah!, pero si no lo tienen, pos ni lo cacaraqueen, porque la gente se dará cuenta que son puro cuento y ton’s dirá que uds. son puras gallinas culonas….
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