Queridos lectores:
Desde que era muy joven soñaba con vivir en los Estados Unidos. …“Cuando sea adulta voy a vivir en los Estados Unidos” me decía una y otra vez.
Ahora que llevo viviendo en este país poco más de una década, pienso en esos días y comprendo claramente el porqué de mi deseo de venir a vivir aquí.
Este es un país hermoso, con grandes ventajas y grandes posibilidades. En este país en el que si trabajas duro puedes ganar bien y tener un estilo de vida decoroso. En nuestros países de centro y Sudamérica muchas veces trabajas toda tu vida y ni siquiera puedes comprarte un auto o una casa. Aquí la historia es diferente. Puedes tener el poder de adquisición. Si haces las cosas bien, siendo honesto y trabajador puedes tener una buena vida. Así que me lo propuse y cumplí con mi objetivo. Venir a vivir a los Estados Unidos.
No puede uno dejar de admirar esta tierra. Los paisajes, el clima, la diversidad, la multicultura que existe aquí lo hace tan apetecible para cualquier persona de cualquier lugar del mundo. ¿Quién no quisiera vivir aquí?
El único problema es a veces este país nos absorbe y poco a poco perdemos nuestra autenticidad.
Nosotros los latinos que vivimos aquí en USA debemos sentirnos felices de la oportunidad de vivir aquí pero más que eso debemos sentirnos felices y orgullosos de nuestra raza, nuestras tradiciones, nuestro idioma, nuestra cultura. Y no solamente decirlo sino vivirlo de verdad. Cuando llegamos aquí adoptamos muchas de las tradiciones americanas lo cual no está mal. Lo que está mal es olvidarnos de las nuestras, de nuestras raíces.
Ser hispano significa muchas cosas, significa ser alegre, amable, honesto, emprendedor, luchador, caluroso…bueno! Nosotros nos caracterizamos por la calidez del abrazo que damos con sinceridad, por la confianza que ofrecemos y que inspiramos, por la buena voluntad de nuestras acciones, por los valores que infundimos en nuestros hijos.
Entonces, por favor, queridos amigos, no perdamos ni por un segundo el horizonte, porque esta autenticidad empieza por casa. Cuando no hablamos a nuestros hijos en español por vergüenza o por pereza, cuando dejamos de celebrar nuestras tradiciones, cuando permitimos que nuestros hijos se desliguen del hogar desde muy temprano, cuando nos volvemos fríos y desconfiados…. cuando hacemos estas cosas estamos sepultando nuestra verdadera identidad. Porque ser hispano es un orgullo muy grande. Así debemos sentirlo, y así debemos vivir nuestra vida. Haciendo que cada día nuestra hispanidad salga a relucir siendo ejemplo para la sociedad.
Por eso, enséñales a tus hijos a hablar español, háblales todos los días y todo el tiempo porque es la única forma de que lo aprendan bien. Incúlcales valores como el respeto, la consideración y la tolerancia con todos pero especialmente con su familia, enséñales tus tradiciones y celébralas con ellos desde el seno de tu hogar. Así les estarás dando un gran legado. Un legado que ellos apreciarán y enseñarán a sus hijos, porque siempre tendrán latiendo fuerte en su corazón su orgullo Latino.
Bendiciones, Paz y Amor
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