Corría el mes de Mayo de 1990, cuando la corte de Fremont, al norte de California, entraba en sesión para juzgar a Michael Doeschot, acusado de “asesinato” de su amigo Graham Glickfeld.
En su declaración inicial, el acusado argumentó que su amigo le pidió y hasta con lágrimas en los ojos, le suplicó que lo matara, a cambio de lo cual le daría todo su capital, ocho mil dólares.
El extraño deseo de Graham se vio cumplido cuando Michael, de 30 años de edad, se le arrojó encima y los asfixió. Tras escuchar a varios testigos, la corte no tardó demasiado en encontrar culpable a Doeschot y el juez lo sentenció a 21 años de prisión… Esta es la historia:
PROBLEMAS DESDE SIEMPRE
En sus investigaciones, la policía clasificó este crimen como uno de los más extraños casos de asesinato, porque fue un acto de amistad el haberlo mandado al otro mundo, ya que de esta manera lo quitaba de una vida de sufrimiento y tortura.
Durante años, según dijeron todos los once testigos del caso, Graham, de 31 años de edad, estuvo ofreciendo a quien quisiera tomarla, una buena suma de dinero a quien lo matara.
Desde su niñez, Graham fue víctima de una enfermedad conocida como Síndrome de Tourette, que ataca el sistema nervioso y que provoca tics, movimientos incontrolables y comportamiento extraño, por eso llevó una vida miserable la mayor parte de su vida. Prácticamente en toda su trayectoria escolar, fue objeto de crueles burlas por parte de sus compañeros que no entendían su enfermedad.
Ya de adulto, Graham era incapaz de conservar un empleo, aunque sus compañeros explican que se mostraba muy inteligente, simpático y era dueño de un maravilloso sentido del humor.
También tenía una memoria excepcional. Podía tocar una pieza en el piano, aun cuando sólo la hubiera escuchado una vez, pero todo eso no le valió para ser feliz, ni aunque fuera medianamente.
“Graham tenía el hábito de pedirnos a todos que lo matáramos”, declaró Mattison Gore, de 27 años de edad, quien fue amigo de Graham durante 20 años. “Es trágico, pero de verdad no soportaba la vida”.
Graham y Michael se conocieron durante un verano, cuando trabajaron juntos en una obra de teatro del Colegio Ohlone, en Fremont, California.
En su momento, los testigos señalaron que Graham era un apasionado del teatro y que la mayor parte del tiempo se la pasaba ahí.
Los dos amigos también convivieron con otros miembros del cerrado grupo, pero fue el fatídico 22 de diciembre de 1989, cuando hicieron una fiesta en casa de uno de ellos, ubicada en Fremont. Poco antes de que la animada fiesta terminara, Graham y Michael se dirigieron al auto compacto de este último.
Y mientras la fiesta con su música, sus ruidos y risas continuaba, en el estacionamiento de la casa, Graham era asesinado.
En aquel momento, ninguno de los invitados se dio cuenta del hecho, sin embargo esa misma noche, Miachel se entregó a la policía diciendo que acababa de matar a su amigo Graham.
LO MATÓ POR PIEDAD
Michael declaró que para nada le interesaban los ocho mil dólares que Graham le ofreció, que lo hizo por piedad. “Tanto me suplicó que lo compadeciera, que llegó un momento en que no pude más. Me abalancé sobre él y le apreté el cuello”, declaró Michael.
Fred Alim, quien fue el que ofreció la fiesta en su casa, confesó que para él, Michael solamente le hizo un favor a su amigo al matarlo.
“Quienes conocimos a Graham, sí le creemos que fue un asesinato por piedad”, dice. “Supongo que pensó que era la mejor ayuda que un verdadero amigo podía darle”…
Y esta fue la triste historia de un hombre de apenas 31 años, que convenció a uno de sus amigos para que “por piedad” lo matara… Y Créalo o No, Así Fue!!!
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