PADRES AFECTIVOS, PERO TAMBIÉN EFECTIVOS

Educar a hijos adolescentes no es sencillo, y ante malas acciones, muchas veces no sabemos si dar una reprimenda o solo aconsejarles para que entiendan su error.  Por eso tratemos de ser…

A pesar del dicho popular: “los hijos son prestados”, los padres no quedan exentos de la obligación de hacer su mejor papel mientras los educan.

“Deben crear un modelo de crianza para formar hijos responsables, “con futuro” y con proyectos personales”, señala Arlette Ortiz, psicóloga con especialidad en terapia individual, de pareja y de familia.

De hecho, entre más independientes sean los hijos en la vida adulta, mejor labor habrán hecho sus padres.

AFECTO QUE NO ES APAPACHO

Un abrazo o una caricia nunca están de más, e incluso son una manera de estrechar el vínculo y aumentar el sentimiento de seguridad de los hijos, pero las expresiones de afecto no deben reducirse al contacto físico, sugiere Víctor Baltazar, sociólogo especialista en terapia familiar.

“¿Cómo te sientes?”, “¿qué piensas?” o “¿qué te pasa?” Son preguntas básicas que se deben hacer con frecuencia, pero no de manera inquisitoria, sino para que los hijos tengan la certeza de que sus padres están atentos a sus necesidades.

“Un niño que es escuchado y que tiene el afecto que requiere, necesariamente va a ser un niño feliz y con amplias posibilidades de triunfar en la vida”, asegura el especialista. Por lo tanto, los hijos no deben utilizarse para satisfacer necesidades frustradas de los padres, pues si son obligados a hacer actividades que no les gustan, lo van a proyectar a través de enojo, desgano e incluso depresión, advierte el experto.

¿PADRES EFECTIVOS?

La tarea de unos padres efectivos cambia conforme crece su hijo.

En la infancia, son como unos lentes por los que sus hijos descubren el mundo hasta que empieza a formarse sus propios criterios: en la adolescencia, fungen de acompañantes de las decisiones que los jóvenes optan tomar; y cuando los hijos también son adultos, llega el momento de compartir y disfrutar las experiencias, explica Víctor Baltazar.

Se trata de ayudar a los hijos a desarrollar las potenciales que les permitirán abrirse paso en la vida de una forma más efectiva, es decir: que sea capaz de tomar decisiones y asumir, buenas o malas, sus consecuencias. Para sacar el mejor provecho de cada una de esas etapas siempre se debe propiciar la tolerancia a la frustración.

Nunca es tarde, atrévase a romper la cadena. Todos los padres tienen su propia historia como hijos, y si ésta no fue plena, cuando les toca educar a sus descendientes pueden modificar y mejorar el modelo con el que ellos fueron educados, asegura Arlette Ortiz.

“Si yo como adulto y padre, tengo una pésima relación con mi padre, voy a estar proyectando ese modelo con mis hijos; pero si mis hijos ven que crezco como ser humano y resuelvo los conflictos con mis padres, ese va a ser un mejor modelo”, comenta Víctor Baltazar.

Pero para cualquier papel que quiera mejorar, el de padre, madre, hijo o hija, los expertos señalan que además de la buena intención resulta útil recurrir al consejo y ayuda de algún terapeuta familiar.

INTÉNTELO

• No demande más ni menos de los que sus hijos pueden hacer según su edad.
• No establezca límites para complacer a los abuelos u otros adultos o por miedo al qué dirán.
• Permita a sus hijos resolver sus propios problemas. Siempre hay cosas que pueden resolver.
• No los condicione con premios y castigos, hable con sus hijos sobre las consecuencias de los actos.
• Sea firme en sus decisiones, pero no se asuma como portador de la verdad absoluta.
• Ser padre no es cosa fácil, sin embargo con dedicación, cariño y algo de sentido común se puede llegar a ser un Padre Afectivo… y Efectivo!!!

Georgina Montalvo // Age Reforma