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Pediches Insaciables… ¿Cómo controlarlos?

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Con complacer los gustos y caprichos de nuestros hijos lo que lograremos es crearles el mal hábito de ¡cómprame, dame, quiero!, que con el tiempo, puede generar problemas en la familia

  Los niños lo quieren todo y muchos papás caemos en el error de complacerlos, con el fin de evitar a toda costa que nos hagan berrinches.

  Para Lourdes, resulta casi una pesadilla ir a la calle o al supermercado con sus hijos. Ellos, de 5 y 8 años, no hacen más que pedir,  pedir y pedir todo cuanto ven, y si ella no se los compra, vaya escándalo que le arman en público. 

  Son muchos los padres que experimentan esta situación cuando están fuera de casa y la mayoría desearía tener la clave para manejar el problema del ¡cómprame, quiero, dame! que muchos niños manifiestan cada vez que la familia sale de compras o de paseo. 

         Datos estadísticos

  Según algunas encuestas, más del 60% de los padres tienden a darle todos los gustos a sus hijos, aún cuando piden productos de marca muy caros, muchas veces para compensar las carencias de su propia infancia. Pero afirman algunos especialistas, esta conducta de parte de los mayores, es la que precisamente provoca que los niños se vuelvan cada vez más y más, pediches. 

 Muchos padres fueron víctimas de opresión cuando niños y por eso tienen miedo a reprimir o anular a sus hijos. Por tal motivo, les toleran pidan “sin límites” lo que quieren. El problema es que para los pequeños, el pedir se vuelve un hábito sin fin, llegando a un punto donde los padres, ya no saben cómo lidiar con la situación.  

       CÓMO MANEJARLOS

  Como adultos, debe tener en cuenta que por lo general, el “cómprame, cómprame” del niño es casi siempre, una satisfacción inmediata y por lo tanto pasajera. Es por eso, que ante el pedido insistente del pequeño, usted pueda “decir que no”, aunque esté en posibilidades de satisfacerlo. 

   Es cierto que el “no” frustra a muchos padres y por eso la mayoría termina cediendo ante los caprichos del niño. A esto se le suma la cantidad de horas que los padres trabajan, lo que genera una cierta culpa por estar poco disponibles para las demandas afectivas de los chicos; como consecuencia, se les vuelve casi imposible decirles “no”, a cualquiera demanda infantil.

   Se hizo una encuesta a madres y a expertos en finanzas para encontrar respuestas a las preocupaciones de los padres.

“Mis niños quieren todo lo que ven en la Televisión”

 “Permito a mis hijos ver televisión mientras hago la cena”, dice Susana, una mamá de niños de 6 y 4 años en Los Ángeles, CA. “Un día, mi hija vino corriendo para decirme ‘¡Mami, hay dos Barbies nuevas y no las tengo!’”

   “Cada vez que entramos en una tienda, mi hijo me persigue para le compre algo”

    Aunque puede uno resistirse a los ‘cómprame’ de los niños al estar dentro de una tienda, muchas veces es a la salida, cuando tenemos la última lucha y con tal de no seguir oyéndolos, allí es donde uno fracasa, dice Meritza. 

  Cómo manejarlo: Algunos padres tratan de organizar sus comprar en horas en las que no tienen que llevar a sus hijos. Otros ponen reglas claras, como “Hoy no compramos nada que no esté en la lista” aunque el niño haga berrinche. 

   Mis niños quieren tener todos los juguetes que tienen sus amiguitos

  “Recuerdo que cuando nuestro vecino le compró uno de esos jeeps eléctricos a sus niños, mis hijos sintieron mucha envidia”, dice Caroline de Orange County, mamá de tres niños de 10, 7 y 4 años.

    Cómo manejarlo: “Cuando mis niños me pidieron un jeep, les dije: No, hay muchas otras maneras de entretenerse”, dice Caroline.

   Es importante que sus hijos sepan que usted es quien decide cómo se gasta el dinero de la familia, y esa conversación debe comenzar cuando son pequeñitos. Cuando vaya a una tienda, señálele algo que le gustaría comprar y explíquele que cree que es mejor guardar ese dinero para una meta a largo plazo, como la universidad. Probablemente no le entiendan todavía, pero si tiene esas conversaciones a menudo, comenzarán a entender que hay pros y contras para cada cosa que se compra. 

   Construir en nuestros hijos hábitos de ‘no comprar por comprar’ es una tarea difícil, pero con paciencia y perseverancia, se puede lograr! 

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