Apréndete esto: No puede haber un gobierno corrupto con un pueblo incorruptible… y es muy difícil que se dé un gobierno incorruptible de un pueblo corrupto. Los gobiernos salen del pueblo, de los pueblos. Por más que lo neguemos,los gobiernos son una muestra del pueblo, sea de todo el pueblo o de una capa social del pueblo. Porque los pueblos no son un ente unido, homogéneo, sino un conglomerado de clases sociales que conviven, a veces penosamente, a veces tolerantemente, pero sin duda alguna es difícil encontrar en el mundo, pueblos unidos en una sola clase social, en una sola raza, en un solo entendimiento de Patria, de nación. Tan difícil es eso, como difícil es que todos en el mundo nos sintamos hermanos por el solo hecho de ser todos de la misma raza, la raza humana, y a las pruebas me remito: miles de años dan testimonio de que la convivencia en el mundo no ha sido hermanable, a veces ni en las familias… allí están Caín y Abel de ejemplo.
Casi todos los gobiernos del mundo operan en un balance de tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. La creencia y la hacienza es pagar bien a los políticos para que no se corrompan, para que no caigan fácilmente en la tentación de aceptar sobornos. Especialmente se le pagan fortunas a los jueces, para que sean imparciales y no vendan sus sentencias… Cuando lo más sencillo, y sensato, sería elegir políticos sabios y jueces honestos y punto… y con otra, que un juez honesto no aceptaría un sueldo exagerado… un sueldo de millonarios en un país donde haya pobreza…. Sólo que volvemos a lo mismo, lo que se dice:. Los pueblos tienen los gobiernos que merecen, porque los gobiernos salen del pueblo.
Decir que vamos a acabar con la corrupción, ya sea en un grupo, en un país, en el mundo, es algo que se dice fácil, pero como dicen por ahí: “De lengua me como un plato”. La intención es buena, sin duda alguna, pero para cimentar un cambio verdadero debemos de empezar por la educación, pero educación con el ejemplo. Que no nos vean nuestros hijos dando “mordida”, que no nos vean haciendo tranzas, que vean que la justicia es ‘justa’, que no se liberan a los criminales, por influyentes que sean, que no se liberan cuentas de dinero robado al pueblo o mal habido, que no haya…… ¡Tantas injusticias! La solución de Dios sería otro diluvio, o una pedrada celestial…¿No será tiempo ya de reconocer errores y enmendar caminos? Es necesario ir a la raíz del cáncer de la corrupción. La educación es la respuesta, aunque tome tiempo, pero hay que empezar.
Salud y saludos
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