Parecen más pesados porque, al tratar de cargarlos, sus movimientos dificultan en vez de ayudar. Un cuerpo perfectamente rígido (vivo o muerto) es más fácil de cargar porque uno puede ver por dónde agarrarlo y predecir cómo se comportará.
Así, un cuerpo completamente tieso y derecho cargado por dos personas parece relativamente liviano. Los borrachos, en contraste, se hunden en la mitad si uno trata de cogerlos por los extremos, se deslizan y no tienen nada firme de dónde agarrarlos. Posiblemente hasta traten de impedir que los carguen, así que parecen muy pesados.
Los trenes más rápidos son los que hacen el recorrido entre las ciudades de Guangzhou y Wuhan en China. Viajan a una velocidad promedio de 350 kilómetros por hora.
El famoso tren bala de Japón sólo llega a 243 kilómetros por hora.
El récord de velocidad alcanzado por un tren del Eurostar fue de 335 kilómetros por hora.
Uno pensaría que por ser la mayor extensión de hielo del planeta, el hielo que se derrite en la Antártica sería el principal factor en el aumento del nivel de los mares.
Sin embargo, las mediciones actuales indican que la cantidad de hielo que se derrite es más o menos equivalente a la cantidad de hielo que se forma.
Como resultado, se estima que el continente Antártico contribuye sólo en un 10% al aumento del nivel del mar por derretimiento de hielo.
Las células de nuestro cuerpo pueden vivir desde unas pocas horas, como ciertos tipos de glóbulos blancos; unas semanas, como las células de la piel; o muchas décadas, como la mayoría de las neuronas.
Pero si bien es cierto que la mayoría de las células se regeneran, el proceso para hacerlo, con el tiempo se va volviendo cada vez más inestable. El ADN que tiene las instrucciones se va dañando hasta que eventualmente impide la división de células. El resultado es el creciente nivel de decrepitud al que llamamos envejecer.
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