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Todo sucedió en la ciudad norteña de Dalmine, en Italia, cuando una mujer de 61 años notó que la jarra de agua que colocaba todos los días en su mesita de noche tenía un sabor diferente, lo que la llevó a un laboratorio donde los resultados arrojaron que el agua contenía ácido clorhídrico.
Poco después encontró una botella con un líquido claro entre los objetos de su marido y decidió comprar un despertador con cámara de video incorporada. Así recolectó pruebas suficientes para comprobar que su marido con el que llevaba 40 años de casada la estaba envenenando.
El hombre ya se encuentra en prisión acusado de intento de homicidio, aunque según él solo quería enfermarla para que ella dejara su obsesión por las peregrinaciones religiosas, un Casos y Cosas increíble de creer que un hombre después de tantos años intente algo así, ¿cuál habrá sido el motivo?
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